Artur Mas planta a Josep Lluís Carod en el traspaso de poderes como 'conseller en cap'

Artur Mas ya había anunciado que se ausentaría del despacho el día en que su sustituto Josep Lluís Carod tomara posesión como conseller en cap del nuevo Gobierno catalán. Y así sucedió ayer. Mas delegó en el secretario general del Departamento de Presidencia el acto protocolario de traspaso de poderes, después de que ayer prometieran sus cargos los 16 consejeros del primer Ejecutivo de Pasqual Maragall.

Artur Mas no fue el único que plantó a su sustituto. También Antoni Fernández Teixidó, macroconsejero de Industria, Trabajo, Turismo y Comercio, delegó en su secretario general dar la bienvenida a Josep María Rañé y Pere Esteve, los dos consejeros que se repartirán estas áreas. Ambos se encontraron una carta de su predecesor en la que se ponía a su disposición para aclarar las dudas sobre el funcionamiento administrativo.

En el resto de departamentos de la Generalitat el traspaso de poderes se efectuó en un clima amigable y de cordialidad. Y algunos de ellos, como los titulares de Economía, desayunaron juntos.

Los nuevos consejeros ocuparon sus despachos minutos después de tomar posesión y celebrar el primer Conseller Executiu bajo la presidencia de Maragall. La fórmula que utilizaron para prometer su cargo evitó cualquier mención a la "fidelidad" al Estatuto y la Constitución, por expreso deseo de los líderes del tripartito de izquierdas, para evitar así que algún consejero añadiera la muletilla "por imperativo legal". Los consejeros, aclamados uno a uno por el cerca de millar de personas que asistieron al acto, prometieron fidelidad a las leyes, y lealtad a Cataluña y al presidente.

Hora de ponerse a trabajar

Maragall evitó extenderse en su discurso. "No es la hora de hacer discursos, sino de ponerse a trabajar", pero lo inició con un elocuente "¡Qué buen Gobierno tendremos!". El presidente catalán elogió a continuación la "ilusión, que no quiere decir inexperiencia", de los miembros de su equipo -a quienes definió como ministros- y manifestó "el deseo de hacer de este país el lugar que los catalanes han soñado". Aprovechó también para enviar un mensaje tranquilizador: "Sin deshacer lo que se ha hecho hasta ahora, sino a partir de lo que se ha hecho".

El presidente catalán destacó que el Gobierno "está formado por catalanistas de izquierdas, pero es el Gobierno de Cataluña y de todos los catalanes. No queremos otro nombre". Tras el acto, Maragall ironizó sobre el día en que coincidió la formación del Gobierno, el de la lotería: "Me ha tocado un gordo infinitamente mejor que no se puede valorar con dinero".

El flamante conseller en cap, Josep Lluís Carod, subrayó el buen entendimiento a la hora de repartirse sus competencias con Pasqual Maragall. "Es un reparto lógico en una nueva etapa que empieza. Ahora se trata de hacer una buena acción de gobierno y me parecen muy importantes las palabras del presidente cuando ha recordado que es un Gobierno de todos los ciudadanos, independientemente de la ideología".

El consejero de Relaciones Institucionales y número tres del Ejecutivo, el ecosocialista Joan Saura, hizo un llamamiento a los partidos de la oposición, CiU y PP, a sumarse al consenso para la elaboración del nuevo Estatuto y la reforma del sistema de financiación.

En la primera reunión del Consell Executiu se decidió nombrar a Ernest Maragall, hermano del presidente, secretario del Gobierno catalán. El 29 de diciembre, Maragall comparecerá en el Parlament para presentar su Ejecutivo.