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Análisis:ESTA SEMANA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Alianza política

El presidente de la Junta, Manuel Chaves, se ha traído de Barcelona, donde asistió a la toma de posesión de Pascual Maragall como nuevo presidente de la Generalitat, la idea de establecer una alianza política entre Cataluña y Andalucía. Se trataría de un eje común para fijar una estrategia en torno a la política autonómica que se ha de rediseñar de nuevo en este país ante las aspiraciones de cambio que están surgiendo. Una forma, además, de que se visualice con mayor nitidez si cabe que un socialista gobierna en Cataluña. Con todo, en el Partido Popular, lejos de tomarse en serio esta iniciativa, van a tratar de aprovechar esta circunstancia para tratar de arrinconar a Chaves en esta tierra. Durante esta semana, por tanto, van a insistir en señalar que la financiación que persigue Maragall entra en contradicción con un sistema solidario del que hasta ahora se han venido beneficiando las regiones menos ricas como ocurre con Andalucía, tal y como ya lo ha apuntado el vicepresidente segundo, Javier Arenas.

Un argumento de este tipo, lanzado por parte de aquéllos que durante años le han negado el pan y sal a esta comunidad, con una deuda del Gobierno central a la Junta que supera los 2.500 millones de euros, tal y como reconoce la misma Teofila Martínez, el doble según la Junta, carece de la credibilidad suficiente como para asustar a los electores sobre los supuestos riesgos que contrae Andalucía en su acercamiento a Cataluña, donde hay cerca de un millón de andaluces con derecho a voto. Hay que recordar que, precisamente, fue un gobierno del PP el que llegó a suscribir un pacto con CiU para un nuevo sistema de financiación autonómica que sí trajo nefastas consecuencias para Andalucía al no reconocerse el censo real de población, dejando fuera a 400.000 andaluces. Con ese bagaje, difícil tiene, en definitiva, el PP, poner en situación comprometida a los socialistas.

Basta con observar lo que recogen los Presupuestos Generales del Estado del próximo ejercicio para llegar a la conclusión de que Andalucía no está en sus prioridades, quedando sin atender reivindicaciones en materia inversora que una y otra vez se ven relegadas por el olvido y el maltrato al que somete esta tierra el Gobierno central. A pesar de ello, el ruido mediático surgido en torno a otros temas, como el de la reforma del Estatuto, ha impedido entrar a fondo en la discusión en torno a las previsiones presupuestarias para esta comunidad. En paralelo se sitúa el debate sobre los Presupuestos de la Junta que afrontan su aprobación definitiva en el pleno de esta semana del Parlamento andaluz. Serán los últimos de Magdalena Álvarez ya metida de lleno, tras sus dudas iniciales, en la idea de trabajar en el equipo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Es curioso. Más de uno presumía en Andalucía de ser zapaterista y luego resulta que viene el secretario general y no repara en ellos, sino en otros políticos que, precisamente, no han hecho gala alguna de tener predilección por el. No obstante, se antoja un tanto obsceno el comprobar cómo baja el líder señalando con el dedo a los elegidos para su futuro gobierno y olvidando un simple detalle y es que también aquí se celebran elecciones. Y todo eso sin que se haya resuelto aún la incógnita en torno a si Felipe González encabezará o no la candidatura al Congreso por Sevilla. Se está a la espera de ese anunciado encuentro de Zapatero con el ex presidente del Gobierno, pero ya la idea que persiste, al menos entre los socialistas sevillanos, es que en esta ocasión va a ser muy difícil que González acepte de nuevo la propuesta de presentarse otra vez a las elecciones. Especial interés tiene, igualmente, saber qué va a pasar con el pulso que mantienen José Caballos y Carmen Hermosín por el puesto número uno al Parlamento andaluz. La consejera de Justicia se niega a que le hagan el traje a medida y la manden al Senado, sin que antes se haya hablado con ella, según dice, aunque lo que peor suena es que al final se tenga que recurrir al primo de Zumosol, esto es, a Manuel Chaves, para que se atiendan sus razones cuando las bases del partido se están pronunciando en contra de sus planes. En todo caso, se están dando escenas impropias de gente con tanta experiencia, con un nulo trabajo por ejemplo, en el Congreso, según la misma evaluación realizada por su propio partido, que pierden el Norte al comprobar cómo los designios de su formación no coinciden con sus proyectos personales.

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