Un saco de carbón
Tres tópicos sobre la animación española: con independencia del resultado final, embarcarse en este tipo de producciones tiene mucho más que mérito; la influencia de la todopoderosa Disney es tal que nadie parece capaz de escaparse del modelo; las películas no imitan la factura Disney actual, sino la de hace décadas. ¿Tópicos? No, en lo que atañe a Los Reyes Magos, realidades.
Sin la menor capacidad de riesgo y sin salirse ni un milímetro del sendero de migas de pan trazado por la casa madre en esto de los dibujos animados, la película que se estrenó ayer calca el diseño de todos sus personajes-tipo: el héroe de mentón prominente, la chica de curvilíneas formas y ojos rasgados, el malvado fondón... Los Reyes Magos no engañan a nadie. Es una película para niños (muy pequeños) y punto, desde el tan obvio como sosaina título hasta su ingenuo sentido del humor. La animación de calidad hace tiempo que va por otros derroteros, tanto en los guiones como en los diseños. Pero aquí la única pretensión parece ser que los niños (y sus padres) creyentes en Melchor, Gaspar y Baltasar pasen por taquilla.
LOS REYES MAGOS
Dirección: Antonio Navarro. Voces: José Coronado, Imanol Arias, Juan Echanove, Javier Gurruchaga (voces). Género: animación infantil. España/Francia, 2003. Duración: 76 minutos.
Así que el que quiera imaginación y experimentación que pregunte a los artistas de Pixar o a Hayao Miyazaki. O quizá haya que esperar a que alguno de los buenos cortometrajistas de animación española (caso de Raúl Díez, de Sr. Trapo, o de José Corral, de El desván) den un día el salto al largo con algo más de valentía.
Babelia
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