"El metrosur ha ayudado poco a mejorar el tráfico"

David Rodríguez, topógrafo de 28 años, recorre todas las mañanas en coche la distancia que separa su casa, en Alcorcón, de su oficina, en la calle de Juan de Austria de la capital. Tarda 40 minutos. Eso, si hay poco tráfico. Si hay mucho atasco, algo habitual en la carretera de Extremadura, David puede emplear una hora y tres cuartos en recorrer ese tramo, de apenas 13 kilómetros. "Hay días que he llegado tarde a trabajar por el tráfico", dice este hombre, conductor de un vehículo cuatro por cuatro lleno de mapas y materiales para su trabajo.

David vive en Alcorcón con sus padres. Entra a trabajar a las ocho de la mañana. Se levanta a las 6.30, ve la tele mientras se toma una mandarina y a las 7.10, como muy tarde, sale por la puerta. Saluda a un vecino y se monta en el vehículo. Tiene todos los tiempos muy calculados. "Si salgo antes de las 7.15, no pillo atasco. Para ir bien de verdad, tengo que salir a las 6.50. Después de las 7.15 ya no hay nada que hacer", cuenta. A pesar de tener la parada de metro de Joaquín Vilumbrales cerca de casa, David no usa el transporte público. "No puedo ir en el metro con los utensilios que necesito para currar", señala.

Pesimismo

Para David, el metrosur "ayuda poco a mejorar el tráfico de la N-V". "Yo no noto nada, pero soy pesimista", señala. El atasco se le hace pesado. Hay tráfico lento en la incorporación a la N-V desde Alcorcón, en el desvío a la M-30, en Cuatro Vientos. Para entretenerse, David observa a sus vecinos de coche. "Una vez se montó una buena por culpa de un tío que había dejado el coche en medio de la N-V. Cuando pasé a su lado, el hombre estaba dormido dentro del coche", cuenta. "Yo creo que se hartó del tráfico y se quedó allí".

Después de superar el tráfico de la N-V, David llega a la plaza de España a las 7.45. A las 7.50 ya ha aparcado enfrente de su trabajo.