El Parlamento Europeo critica a los Gobiernos de la UE por su incapacidad para aprobar la Constitución

El Parlamento Europeo expresó ayer en duros términos su decepción por la incapacidad de la Conferencia Intergubernamental (CIG) de sacar adelante una nueva Constitución para Europa. Las palabras pesar, fracaso, decepción, amargura... atronaron en los oídos de Silvio Berlusconi, que había acudido a la Eurocámara a presentar los resultados de la fallida cumbre del fin de semana en Bruselas que ha puesto fin al semestre de presidencia italiana. La perspectiva de la aparición de una Europa a dos velocidades fue rechazada por la mayoría de los eurodiputados.

No obstante, Romano Prodi, presidente de la Comisión, apuntó que puede ser el necesario catalizador de una reacción que saque a Europa del atolladero. Unanimidad hubo en la negativa a mezclar debate constitucional y reparto de poder en la UE con las perspectivas financieras, a la luz del recorte de fondos planteado por seis países. Los europarlamentarios consideran incompatible ese plan con la Unión que se quiere construir.

Berlusconi no estuvo ayer en Estrasburgo tan volatinero como en anteriores comparecencias. El ambiente en el Parlamento era de funeral y de pésimo humor por lo ocurrido en Bruselas. El primer ministro italiano se lanzó flores sobre los logros de los seis meses de su presidencia de la UE, pero pronto se colocó a la defensiva al decir (y repetir varias veces a lo largo del día) que en 60 días que ha tenido no le fue posible desenredar el nudo gordiano del reparto de poder en el futuro Consejo Europeo. Tras diversas discusiones en Bruselas y en vista de que no había manera de acercar posturas, "la presidencia optó por poner fin a una discusión que llevaba al antagonismo o a un acuerdo a la baja". Según él, ahora se ha abierto un periodo de reflexión. "La empresa europea debe ser unitaria, constructiva, sin fracturas ni atajos", agregó.

Romano Prodi, intervino para expresar su "tristeza y desilusión" por la falta de acuerdo constitucional. "El proyecto de integración europea se ha detenido. Hemos perdido todos", señaló. Tras notar que la Constitución debería servir para avanzar y que algunos Estados la han utilizado para retroceder dijo: "No se puede modelar utilizando como único parámetro la posibilidad de bloquear las decisiones. La solución no puede venir de una suma de vetos".

Las discrepancias entre los intereses de unos y otros abre la posibilidad de una Europa a dos velocidades. "Soluciones de ese tipo forman parte de la integración europea. Aparecen en los tiempos más difíciles", recordó Prodi. "Hoy estamos en uno de esos momentos. Tenemos que ser valientes y considerar la idea".

A buena parte del Parlamento le repugna la idea de la Europa a varias velocidades. "Vamos a resistirnos a crear ejes o perderemos si vamos a una política intergubernamental", advirtió Hans-Gert Pottering, presidente del grupo del Partido Popular Europeo, el mayor de la Eurocámara. Enrique Barón, líder de los socialistas europeos, el segundo grupo más nutrido, alertó sobre "la crisis existencial que puede plantear el fracaso" y lamentó el papel que, a su juicio, ha jugado José María Aznar en el caso. "Mi país siempre estuvo en la vanguardia y ahora va a la zaga".