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Condenada la sanidad valenciana por diagnosticar como cáncer terminal un tumor benigno

Ana T. T. acudió al hospital de Sagunto en 1994 por una dolencia hepática y el médico le comunicó que tenía un tumor maligno (colangiocarcinoma) sobre el que no cabía operación y que su esperanza de vida no superaría los siete meses. El diagnóstico, confirmado después por el hospital La Fe, fue erróneo. El quiste era benigno. Se trataba de un hamartoma biliar, susceptible de extirpación sin mayores consecuencias. El tumor tenía el 99% de posibilidades de ser maligno y por ello fue tratado como tal. Por ese error, que supuso la colocación de una prótesis como tratamiento paliativo para mejorar su calidad de vida y obligó después, en el hospital Puerta de Hierro de Madrid, a la extirpación del conducto biliar en el que fue implantado, la Consejería de Sanidad valenciana deberá indemnizar con 81.141,69 euros a la paciente.

Así lo ha decidido el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. La sentencia confirma la petición de reclamación patrimonial que asumiera ya la consejería en 2000 y desestima la reclamación de la paciente, diez veces mayor, y que afirmaba que debían también valorarse los daños morales que sufrió como consecuencia de que le comunicaran en su día que padecía un cáncer y moriría en poco tiempo. El tribunal considera que "la sanidad pública actuó en base a las probabilidades que la sintomatología de la paciente ofrecía" y que "no debe olvidarse que, según los informes, tenía un 99% de posibilidades de que el tumor fuese maligno, siendo el caso de la actora ese 1% con que todo enfermo sueña".

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