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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El holocausto olvidado

Este año, en el mundo entero, los ucranios conmemoran el 70º aniversario de la gran hambruna provocada en Ucrania en los años 1932 y 1933. En Canadá (sede del Congreso Mundial de los Ucranios), en EE UU y en Europa se han promovido varias campañas de información en todos los medios de comunicación. Poca ha sido, sin embargo, la repercusión que está teniendo este aniversario en los medios de comunicación de nuestro país.

De 1932 al 1933, entre 7 y 10 millones de ucranios murieron de hambre y de sus consecuencias por la política calculada de Stalin. Brigadas comunistas dirigidas por Mólotov, Kaganovich y Balitsky requisaron altas cuotas de trigo (8,4 millones de toneladas, según datos de la Librería del Congreso de EE UU) entre los campesinos ucranios, llegando a matar o a deportar a Siberia a los que se resistían, incluyendo mujeres y niños. Supervivientes testificaron que hubo casos de canibalismo entre la población. Fue uno de los grandes holocaustos del siglo XX.

Fueron varias las razones de este genocidio, pero esencialmente políticas. Se trataba de aniquilar la resistencia del campesinado ucranio a la política de colectivización de la tierra. Había que eliminar a los kulaks, pequeños y medianos propietarios de la rica tierra ucrania, y suprimir toda expresión de la identidad política y cultural entre miembros de la intelligenzia, incluyendo miembros del partido comunista ucranio.

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Desde el punto de vista económico, el trigo sirvió de "moneda" para financiar los grandiosos proyectos industriales de Stalin como el metro de Moscú o la flota de aviación civil de la URSS. Se compró el silencio de las potencias occidentales con la ayuda de algunos periodistas extranjeros. Entre ellos destaca el norteamericano Walter Duranty, ganador del Premio Pulitzer por sus reportajes sobre las excelencias de los planes quinquenales de la URSS (There is no Famine, New York Times, 31 de marzo de 1933). Hoy la propia organización del Pulitzer estudia revocar el premio.

En este año de conmemoración, el Parlamento de Ucrania ha tenido el primer debate sobre la hambruna de 1932-1933: todos los partidos, salvo el comunista, han manifestado que las causas de la hambruna fueron políticas.

Me gustaría que también en este país los medios de comunicación dieran a conocer al gran público lo que fue uno de los más terribles genocidios del siglo XX.

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