Maragall tiende la mano a CiU y PP al recibir el encargo de formar Gobierno

"Acabo de recibir del presidente del Parlamento el encargo de formar Gobierno; estoy convencido de tener los apoyos necesarios para formar un Gobierno estable, catalanista y de progreso". Con "emoción" y "orgullo", el socialista Pasqual Maragall anunció ayer que el próximo lunes presentará ante el Parlamento su candidatura a la presidencia de la Generalitat. Se mostró convencido de que el Gobierno de la izquierda plural será "estable" -lo repitió cuatro veces en un discurso de seis minutos-, ofreció diálogo a los pueblos de España y tendió la mano a CiU y al Partido Popular. Pero el pacto de izquierdas aún tiene aristas importantes: Iniciativa advirtió ayer de que no estará de "convidado de piedra" en el Ejecutivo.

Hacía 23 años, desde que Jordi Pujol superó contra pronóstico a los socialistas en las primeras elecciones autonómicas, que la izquierda catalana esperaba un día como el de ayer. El presidente del Parlamento, el republicano Ernest Benach, concluyó la ronda de consultas con los jefes de los grupos parlamentarios -quedaban el socialista Pasqual Maragall y el nacionalista Artur Mas- y a las 14.30 horas comunicó su decisión, cantada desde que el martes las ejecutivas del Partit dels Socialistes (PSC), de Esquerra Republicana (ERC) y de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) apostaran por el pacto de izquierdas.

Dos horas después, el presidente de los socialistas compareció solemnemente para aceptar el encargo e invitar a todos a colaborar en la nueva etapa. No sólo a los partidos que integrarán el Ejecutivo, sino también a los que han gobernado durante 23 años: "Quiero transmitir un mensaje de mano tendida; quiero contar con todo el mundo, también con los que no estarán en el Gobierno; espero su respuesta positiva", proclamó.

"Un país normal"

Maragall expresó su convencimiento de que el nuevo Ejecutivo será estable como consecuencia del "riguroso" trabajo preparatorio de los partidos que formarán la coalición y reiteró sus prioridades: autogobierno, financiación autonómica, diversidad e identidad dentro de Cataluña, y políticas sociales. Maragall se mostró convencido de que Cataluña será al fin un "país normal", que se expresará con varios acentos. A su juicio, este giro histórico será también muy positivo para toda España: "Cataluña puede estar segura, y los pueblos de España también, de que nuestra pasión por este país es una pasión constructiva y dialogante".

Las continuas apelaciones a la estabilidad del Gobierno no eran baladíes. Las tres fuerzas de la izquierda catalana hunden en parte sus raíces en la Segunda República y sus tradiciones, como recordó ayer Maragall, son "distintas", aunque acumulan años de trabajo conjunto de oposición en el Parlamento y de gobierno en los principales ayuntamientos. La laboriosidad del acuerdo, que quedará plasmado en un grueso documento, responde al deseo de blindar al futuro Gabinete con una hoja de ruta que garantice su estabilidad.

Pero el pacto cerrado afecta hasta ahora sólo al PSC y Esquerra. Según este diseño, los socialistas asumirán ocho o nueve carteras y el portavoz -previsiblemente Joaquim Nadal-, ERC cinco e ICV-EUiA dos o tres.Los ecosocialistas han mostrado su predisposición a incorporarse al Ejecutivo, pero no a cualquier precio: exige que los asuntos más sensibles de su programa queden recogidos y que el organigrama del Gobierno refleje toda la pluralidad. Ayer se realizó la primera reunión a tres bandas y, aunque los portavoces fueron muy comedidos, se avanzó poco e Iniciativa expresó sin tapujos su malestar. "No queremos ser convidados de piedra en el Gobierno", subrayaron los dirigentes de ICV, según fuentes conocedoras de las negociaciones.

El líder de ICV, Joan Saura -para quien se reserva un puesto clave en el triunvirato que previsiblemente dirigirá el futuro Gobierno- expresó su malestar en sendas entrevistas con Pasqual Maragall y José Montilla. El PSC teme que algunas de las exigencias de los ecosocialistas encrespen a los empresarios, pero Iniciativa argumenta que sus propuestas son racionales y no ponen en riesgo la economía. La elección de Maragall como presidente está asegurada porque el pacto entre el PSC y ERC garantiza su investidura en segunda votación, mediante mayoría simple. Pero ambos -y también Iniciativa- quieren un gobierno a tres elegido en primera vuelta con mayoría absoluta. Pese a las dificultades, ésta sigue siendo la opción más probable.