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Entrevista:FRANCISCO VALLEJO | Consejero de Salud

"Al padre de un diabético le importa poco si un ministro está en Legionarios de Cristo"

Tereixa Constenla

El apoyo a la investigación con células madre embrionarias se ha convertido en un nuevo frente de batalla entre el Gobierno y la Junta. Francisco Vallejo (Alcaudete, Jaén, 1957) reclama el liderazgo andaluz en esta iniciativa frente a quienes se están enganchando ahora.

Pregunta. Les ha salido un inesperado aliado: el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, quiere el banco de células.

Respuesta. Hay un problema interno fuerte en el PP, un guirigay importante. No es normal que la ministra dijera hace siete meses que era una irresponsabilidad investigar con células madre embrionarias y que se pase a legislar al poco tiempo. Hay contradicciones y posiciones encontradas que están muy relacionadas con los vínculos que muchos miembros del PP tienen con organizaciones religiosas. Se han visto presionados por enfermos, científicos, la decisión de Andalucía de regular en firme que, según el PP, había que parar inmediatamente, y unas elecciones... al que tiene un hijo diabético le importa poco lo que piensa un ministro y si está metido en Legionarios de Cristo.

"Fracasamos en ese tema, la presión de los laboratorios a los médicos es insostenible"
"Si nadie puede ofrecer más que nosotros, lo razonable es que se empiece en Andalucía"
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P. ¿La ministra de Sanidad es rehén de ese ala conservadora?

R. Ella ha propiciado una postura ecléctica. Ha dado una solución a la Iglesia y al presidente del Gobierno. Hacen una ley que no entra en vigor en esta legislatura, paramos a Andalucía, ganamos tiempo y ya veremos qué ocurre. Además, ofreciendo a la Iglesia algo muy importante. La ley es de punto y final: no se destruye ningún embrión más en el futuro porque no se congelarán aunque tengamos que hacerle 16 estimulaciones ováricas a una mujer para dejarla embarazada.

P. ¿Cambiarán sus relaciones con Sanidad si sale adelante la idea de Izpisúa de permitir bancos en diferentes lugares?

R. Siempre hemos defendido que haya bancos en distintos sitios. Es razonable que Barcelona tenga el suyo y Valencia, si quiere. La postura que tiene que cambiar es la del Gobierno. El 10 de julio le ofrecí a la ministra que liderara nuestro proyecto. Por primera vez Andalucía se ha puesto en vanguardia en una idea de investigación y desarrollo.

P. ¿Y qué le dijo?

R. Que estudiarían el texto por si era objeto de recurso. Como finalmente ha sido.

P. ¿Y esto es porque ustedes negocian peor que los catalanes?

R. Entre CiU y el PP había un acuerdo explícito en Cataluña y en Madrid en esta legislatura. Que hayamos sido los primeros en tirar adelante, y que nos hemos creído nuestro estatuto que dice que tenemos competencias en investigación, nos debe dar algún tipo de predominio. No queremos ser exclusivos, pero si nadie puede ofrecer más que nosotros lo razonable es que se empiece en Andalucía sin exclusividad pero tampoco sin marginación.

P. ¿Es rentable electoralmente?

R. Es posible, es posible. Hay muchos ciudadanos afectados cuya única expectativa la ven en esta investigación y es posible que vean como un enemigo de sus intereses a quien esté en contra, pero más allá de eso hay otros intereses.

P. ¿Cuáles?

R. Probablemente estamos hablando de la línea de investigación más potente que habrá en el mundo en los próximos 10 años. Si somos habilidosos en Andalucía podremos crear el germen de un tejido investigador como nunca lo habíamos soñado. La economía industrial pertenece a otro siglo, pero el futuro es la economía del conocimiento y la investigación científica es clave en el desarrollo de los territorios.

P. Sea cual sea la estrategia de Sanidad, ¿pondrán en marcha el banco de Granada en enero?

R. Tenemos un banco legalmente puesto en marcha, antes de entrar en vigor la ley del Estado, que tecnológicamente se está instalando, tenemos los investigadores y la financiación y en enero empieza a funcionar.

P. El centro de La Cartuja con el CSIC ¿sigue en pie?

R. Está bastante parado. Nuestra idea es montar un gran centro de investigación básica aplicada pero el CSIC no tiene ni pizca de clara esa idea. En un momento dado se han descolgado bastante, pero vamos a seguir insistiendo.

P. ¿El impulso a esta investigación es lo más importante de su departamento esta legislatura?

R. No sabría responder. Me siento incapaz de decir si es más importante la investigación con células madre o acabar con las listas de espera. El gran esfuerzo que hemos hecho para acabar con las listas y con la idea de que era algo congénito a un sistema público universal y gratuito. Hemos roto una especie de maldición. Hay temas que son cambios históricos. El tema de las células madre llegará más lejos de lo que pensamos. Puede ser un cambio revolucionario y me gustaría ver a mi tierra al frente, pero luego en el día a día hay cosas importantes como implicar a los 80.000 profesionales.

P. ¿Y los percibe implicados?

R. Noto la mejora cada vez más. Ven un proyecto claro y se comprometen mucho. Hemos, han tenido el acierto de diseñar un plan de calidad, que no es un invento burocrático, que lo han hecho ellos y que haya 3.000 profesionales estudiándolo es un cambio histórico. Nos están copiando en Castilla-León y Galicia. Es cierto que esto es un gran trasatlántico que cuesta mucho virar.

P. ¿Y qué se le resiste?

R. Muchas cosas. No comprendo actitudes corporativas que se enfrentan a intereses ciudadanos. El poder lo tiene la ciudadanía y lo delega, pero no se puede dar una expropiación de esos poderes. Y hay intereses económicos muy fuertes.

P. ¿Cuáles?

R. Uno de los momentos peores fue un día que murió una persona ante un centro de salud y no salieron a atenderlo y vi a representantes de los médicos defender a quien no había salido a atenderlo. Eso no puede ser. Todo el mundo tiene derecho a la defensa, pero el interés de la vida de los ciudadanos está por encima. Al igual que los intereses de los laboratorios, que llenan de presiones insoportables a los médicos y nos llevan a una dinámica de gasto innecesario, a veces con la complicidad del Gobierno de la nación. La ley de acompañamiento se dedica a quitar la competencia de los visados a las autonomías. La única que lo ejerció fue Andalucía para visar medicamentos que multiplican por 10 el precio para que se utilicen sólo para lo que son.

P. Se supone que en la lucha contra el gasto farmacéutico están todos.

R. Se supone, pero a la hora de la verdad no es así. El poder de la industria farmacéutica es muy fuerte, probablemente es la mayor industria del mundo. Ninguna multinacional farmacéutica ha invertido un solo duro en Andalucía. No puede ser que todas las inversiones y los laboratorios estén en Madrid y Cataluña y aquí vengan sólo a recoger. Hay que equilibrar un poco más.

P. ¿Se plantea poner coto a los visitadores médicos?

R. Eso es poner alambradas al campo. Tendríamos que poner un policía en cada centro de salud. Es complicado. Tenemos una orden que regula eso y que se incumple de manera reiterada. Tenemos que ser conscientes de que fracasamos en ese tema, la presión de los laboratorios a los médicos es una cosa insostenible. El crecimiento del número de visitadores es algo sin parangón. Cada vez más la formación de los profesionales se deja en manos de laboratorios, y no puede ser, tiene que estar manos públicas.

P. ¿Y van a meterle mano?

R. Se están tomando muchas decisiones importantes. Por ejemplo que los médicos no pongan una marca en la receta, sino el nombre de una sustancia que cura. Sólo se hace en Andalucía. Más del 40% de las recetas ya no llevan marca. Ese paso es clave hasta el punto de que intereses comerciales tienen metida una enmienda en los PGE que prohíbe la prescripción por principio activo.

P. ¿Quién la defiende?

R. Convergencia i Unió.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Lisboa desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera en Andalucía. Es autora del libro 'Cuaderno de urgencias'.

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