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Reportaje:

Tecnologías que derriban fronteras

Estudiantes de la Jaume I y de la Universidad Nacional An-Najah de Palestina comparten aula por videoconferencia

María Fabra

Donde la razón no alcanza, la tecnología lanza puentes. A miles de kilómetros de distancia, ayer, estudiantes de la Cátedra Unesco para la Paz de la Universidad Jaume I de Castellón y de la Universidad Nacional An-Najah de Palestina compartieron aula durante, aproximadamente, dos horas, a través de una videoconferencia. Aunque de puertas afuera las diferencias, según lo expuesto, eran más que notables, entre cuatro paredes, los alumnos, unos y otros, hablaban, sonreían, incluso vestían igual. Hablaron de paz y, como no podía ser de otra manera, de guerra. Incluso, con tensiones.

Bajo el título Alternative Focus: Live from Palestine, los estudiantes se marcaron como objetivo intentar analizar la situación en la región, en especial tras la construcción por parte de Israel del muro de Cisjordania. Sin embargo, los alumnos del Master para la Paz tuvieron casi bastante con oír las dificultades que sus homólogos palestinos encuentran, simplemente, para acudir a la universidad.

La mayoría de los jóvenes que acuden a la An-Najah proceden de pueblos que se encuentran a escasos kilómetros del centro. Al principio, iban y venían diariamente. Poco después, los viajes se convirtieron en auténticas odiseas. Montañas que cruzar, controles en los que desesperar, barreras humanas insondables, toques de queda, estado de sitio, un muro, obstáculos en la vía pública, asesinatos. Al final, los alumnos, asesorados por sus profesores, han optado por quedarse a vivir en la ciudad, aunque esto suponga que buena parte de su potencial mental se malgaste en diseñar la estrategia para acudir a sus hogares durante los fines de semana. Así, el director del departamento de Relaciones Públicas de la Universidad Palestina, Sami Al-Kilani, quiso agradecer la iniciativa de la Jaume I porque, dijo: "Nosotros no tenemos derecho a viajar y así podemos conocer a otras personas y contar lo que nos está pasando".

Los alumnos palestinos contaron con especial estremecimiento la destrucción de sus olivos. No ya por ser fuente de ingresos y de vida, sino por su consideración cercana a la del árbol sagrado.

La tensión llegó con un estudiante del master para la Paz procedente de Israel que puso el dedo en la llaga y preguntó por el "temor" que los palestinos causan en Israel.

Al final, se habló de paz. "No queremos violencia, ni sangre, ni de un lado ni de otro", mantuvieron los estudiantes palestinos. "Hay gente inocente que muere tanto en un lado como en otro", añadieron. Y hablaron de la bondad de unas tecnologías que demuelen muros y fronteras.

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