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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Meyer Kupferman, compositor

Meyer Kupferman, prolífico compositor cuya música abarcaba tanto el jazz como las técnicas dodecafónicas, murió el miércoles 2 de diciembre cerca de Rhinebeck, Nueva York, donde vivía. Tenía 77 años. La causa de la muerte fue un fallo cardiaco.

Kupferman abarcó prácticamente todas las formas musicales de los compositores contemporáneos, y escribió 12 sinfonías, 9 obras de ballet y 7 óperas, junto con piezas electrónicas, obras que combinan sonidos grabados e instrumentos en directo y bandas musicales para películas.

Compuso 10 conciertos, docenas de piezas orquestales folclóricas y más de 200 obras de música de cámara y solos. También era omnívoro en cuanto a los estilos, un rasgo que venía ya de los recuerdos de su niñez, cuando su padre le cantaba canciones en yiddish y rumanas y él las imitaba en el clarinete, un instrumento que utilizaba también para imitar solos de las grandes bandas de jazz que escuchaba por la radio.

Incorporó algunas de estas influencias -así como elementos del serialismo que le fascinó más adelante- en El jardín de la casa de mi padre, una vibrante pieza para violín y clarinete de 1972 dedicada a la memoria de su padre. Estas influencias se pueden percibir, en distinta proporción, en muchas de sus otras obras.

Kupferman nació en Nueva York el 3 de julio de 1926. Tras un breve encuentro con el violín, a los cinco años, se sintió atraído por el clarinete a los 10. Estudió en la High School of Music and Art del Queens College, aunque él siempre se consideró un compositor autodidacta. Diversas consideraciones prácticas dictaron el perfil de los comienzos de su carrera. Trabajó como clarinetista de jazz en clubes de Coney Island, donde empezó a orquestar arreglos para las bandas con las que actuaba, y también para otros músicos.

A final de los cuarenta, con poco más de 20 años, empezó a concentrarse en la música de concierto. Escribió el primero de sus varios conciertos para piano en 1948, año en el que también completó su primera ópera, una obra para niños en un solo acto, En un jardín, basada en First Reader de Gertrude Stein. Para poder escuchar su música interpretada persuadió a algunos de sus compañeros para formar una orquesta, llamada Composers Workshop. Entre los miembros del grupo que acabaron por ser compositores conocidos se encontraban Morton Feldman, Allan Blank y Seymour Shifrin. Cuando Kupferman empezó a interesarse por la composición dodecafónica en los cincuenta buscó formas para retener el lirismo que había sido un atractivo de sus primeras obras. Una solución fue el desarrollar una hilera en un único que tono que, con la repetición en distintas obras llegara a resultar familiar. Otra fue la de suavizarla con algunas de las influencias que siempre dieron un acento particular a su música.

Estas soluciones impulsaron el Ciclo de la Infinitud, una serie de más de 30 obras, compuestas entre 1961 y 1983. Las 30 estaban basadas en la misma hilera tonal, pero las obras no pueden ser más diferentes. Entre ellas se encuentran recitales para instrumentos solos, piezas de cámara, una cantata y una ópera en tres actos, El juicio (1966). El jazz de la juventud de Kupferman siguió interesándole. Varias obras -incluyendo muchas de las del Ciclo de la Infinitud- exigían una banda de jazz.

Además de componer, Kupferman enseñó composición y dirigió un grupo de improvisación en el Sarah Lawrence College desde 1991 a 1996. También publicó Atonal jazz (Dorn) en 1992, un estudio en dos volúmenes sobre las tendencias cromáticas del jazz contemporáneo.

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