La resistencia buscaba dinero en el último convoy atacado
El mando militar de EE UU en Irak informó ayer de que las emboscadas tendidas por las fuerzas insurgentes contra sus tropas el domingo en la localidad de Samarra (norte de Bagdad), tenían por objeto apoderarse de sacas llenas de nuevos billetes iraquíes. "Fue un ataque coordinado contra un convoy que transportaba una significativa cantidad de dinero", afirmó el coronel Fredrick Rudesheim. En el combate, que duró más de una hora, murieron 54 iraquíes, entre ellos un número indeterminado de civiles y otros 22 resultaron heridos.
Sin embargo, los militares estadounidenses no mostraron los cadáveres y el director del único hospital de Samarra dijo que sólo había recibido los cuerpos de ocho civiles. El mando de EE UU dijo que la cifra de 54 muertos se basaba en informes recibidos sobre el terreno.
El teniente coronel William MacDonald, portavoz del Ejército de EE UU, dijo que sus fuerzas respondieron con fuego de blindados tras ser atacados tres veces por milicianos vestidos con uniformes de los fedayin de Sadam. Los norteamericanos destruyeron tres edificios usados por los insurgentes. "Enviamos un claro mensaje de que cualquiera que intente atacar nuestros convoyes pagará un precio", dijo MacDonald.
Samarra está en el llamado triángulo suní, cuyos vértices lo forman Tikrit, al norte; Bagdad, en el centro, y Ramadi, al oeste. En otra población del triángulo, Habaniya, un soldado de EE UU murió ayer cuando patrullaba, al ser acribillado por un grupo de insurgentes.
Casi 7.000 detenidos
Por otra parte, fuentes oficiales estadounidenses aseguraron ayer que el total de detenidos por las fuerzas de la coalición desde la caída de Sadam Husein por delitos considerados terroristas o afines es de 6.913 personas. "Esta cifra incluye a 4.704 seguidores de Sadam, miembros del Partido Baaz; 120 altos oficiales del viejo Ejército iraquí; 307 árabes (no iraquíes) y extranjeros, así como 385 miembros de la organización opositora iraní Muyahidin el Jalq, que intentaban pasar ilegalemente a Irak", señaló el capitán William Darley. Los oficiales norteamericanos también informaron de que habían sido detenidos en Mosul, al norte del país, tres hombres sospechosos de pertenecer a la red terrorista de Al Qaeda.
Los Gobiernos de Japón y Corea del Sur manifestaron ayer su disposición a enviar tropas a Irak pese a la ola de violencia que vive el país. Tokio, que se opone a la voluntad mayoritaria de su opinión pública, tiene el plan de enviar a 500 soldados para misiones de mantenimiento de la paz, mientras que Seúl desplegaría a unos 3.000 hombres. Corea del Sur ha desplegado ya 675 militares, entre ingenieros y médicos.
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