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Crónica:FÚTBOL | Decimotercera jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cortocircuito en Riazor

El Depor cae en el último momento ante el Villarreal de Floro, que le superó toda la noche

Xosé Hermida

Bajo un diluvio, el Deportivo conoció los rigores invernales de la Liga. Se encontró con un Villarreal entregado con entusiasmo al discurso del método de Benito Floro, que le causó un notable cortocircuito. El Depor, que lo estaba pasando mal desde el principio, se quedó con un hombre menos antes del descanso. Era lo único que le faltaba al Villarreal para incautarse de un partido que ya tenía bajo control. El problema del conjunto de Floro es que tardó 88 minutos en tirar a gol. Pero una vez fue suficiente para amargar la noche a un rival que ya se veía líder.

El llamado trivote, o la concurrencia de tres medios tapón, es uno de esos inventos recientes de los devotos de la táctica que resulta bastante odioso al aficionado. El trivote levanta una muralla en el corazón del campo que parece invitar al resistencialismo. Pero al fútbol, como a las personas, se le puede seducir de muy diversas maneras, todas válidas según las circunstancias. Privado de Riquelme, de Guayre y de Víctor, tres piezas básicas para armar su ataque, Benito Floro se apuntó en Riazor a la idea del trivote. Y el Villarreal no se limitó a resistir ni mucho menos. Su superioridad numérica en el medio del campo despojó al Depor del balón y confirió al conjunto de Floro la autoridad sobre el partido.

01

DEPORTIVO

VILLARREAL

Deportivo: Molina; Héctor, Andrade, Naybet, Romero; Sergio (Duscher, m. 61), Mauro Silva; Víctor, Valerón, Munitis (Fran, m. 76); y Luque (Tristán, m. 82).

Villarreal: Reina; Javi Venta, Ballesteros, Quique Álvarez, Arruabarrena; Belletti (Anderson, m. 61), Martí, Josico (Arzo, m. 70), Colloccini, Roger (Santi, m. 90); y José Mari.

Gol: 0-1. M. 88. Arruabarrena recorta ante en Héctor en el acostado izquierdo del área y cede atrás para que marque Roger.

Árbitro: Téllez. Expulsó a Mauro Silva (m. 41) por doble tarjeta y amonestó a Roger, Sergio, Luque, Andrade, Josico, Venta y Víctor.

Unos 20.000 espectadores en Riazor.

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Baile de líderes

A partir de sus tres centrocampistas interiores, el Villarreal gobernó la batalla y cortó las líneas del Depor. Con el centro dominado, trató de sorprender por el flanco derecho, donde la rapidez, la insistencia y la calidad se reunían en la sola persona de Belletti. Para completar la fórmula se necesitaba acaso un buen delantero centro. La misión era para José Mari, que sigue sin parecer un ariete, aunque lleven años poniéndolo ahí. Y la carencia no pudo ser disimulada por el Villarreal, tan fornido de estructura como débil en los metros finales.

El Deportivo empezó en la inopia, regalando balones a diestro y siniestro, se atascó tratando de descifrar el armazón rival y tardó casi media hora en dar señales de vida. La novedad de Irureta había sido el retorno de Luque al delantero centro tras un largo exilio en la izquierda, donde cedió el paso a Munitis. Era la primera vez que coincidían en el equipo jugando en esas posiciones, pero como el fútbol tiene cosas rarísimas, dio la impresión de que eran los dos futbolistas que mejor se entendían. Sobre esa novedosa conexión se levantó el Depor para dejar constancia de que seguía en el partido. Y en ella se gestó la mejor ocasión de la primera parte, cuando Luque asistió para Munitis, en el borde del área, y éste, tras caracolear ante Ballesteros, se sacó un magnífico disparo escupido por la madera.

Los problemas del Deportivo en el medio del campo tomaron un cariz dramático a punto del descanso, cuando Mauro Silva, que se había multiplicado para contrarrestar la poderosa estructura del rival, cometió el desliz de provocar su segunda tarjeta. Aunque Irureta trató de aliviar la penuria recurriendo a Duscher, lo mejor que tenía para oponer a la coraza de Floro, resultó inevitable que la autoridad del Villarreal deviniese en tiranía. Los amarillos ya no soltaron más la pelota. Y siguieron jugando como si el campo no tuviese porterías. Refugiado en su lado para lanzar el contragolpe, el Depor llevó más peligro e incluso volvió a rematar al palo con un zambombazo de Luque. Pero, con el asunto a punto de concluir, el Villarreal se acordó de la portería.

Romero y Munitis acosan a Belletti en una jugada del partido de ayer.
Romero y Munitis acosan a Belletti en una jugada del partido de ayer.EFE

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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