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Entrevista:BERNARDO DÍAZ NOSTY | Catedrático de Nuevas Tecnologías | EL DEBATE DE LA SEGUNDA MODERNIZACIÓN | Los medios de comunicación

"Los guardeses del PSOE tienen miedo al cambio"

Lourdes Lucio

Bernardo Díaz Nosty (Asturias, 1946), catedrático de Nuevas Tecnologías de la Universidad de Málaga, fue el ponente del apartado sobre los medios de comunicación en la presentación del documento de la segunda modernización.

Pregunta. El Gobierno andaluz ha asumido el compromiso de crear el Consejo Audiovisual. ¿Está satisfecho?

Respuesta. En general estamos acostumbrados a escuchar grandes promesas y luego sonoros retrocesos. Un verdadero Consejo Audiovisual restringe la presencia gubernamental sobre los medios públicos y, en un tiempo donde la proyección política está marcada por rasgos mediáticos, acercar los medios a la sociedad civil y a la condición de servicio público tiene muchas resistencias... Espero que en esta ocasión la promesa se cumpla y, desde luego, que no se nos presente un simulacro de Consejo.

"La crítica de la segunda modernización se ha hecho desde la lealtad a Andalucía"
"No entiendo el temor entre posiciones de progreso al Consejo Audiovisual"
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P. Zarrías suele decir que él no está por el desarme unilateral.

R. Cuando existe una posición de gobierno y otra de oposición, lo lógico es que las posturas sean distintas, por eso pensar que hasta que no se llegue a un acuerdo entre los contrarios no se puede modificar una determinada política, sería paralizante para la gestión pública. Abrirse en el terreno de lo audiovisual es acercarse mucho más al desarrollo de las libertades y a los intereses de la sociedad civil... Pienso que las posiciones que se llaman progresistas deberían estar más cercanas a este planteamiento que las conservadoras. Entiendo el temor entre los conservadores recalcitrantes, pero no entre posiciones de progreso. Y yo sé que Gaspar Zarrías no es ningún conservador recalcitrante.

P. ¿Por qué es importante el Consejo Audiovisual, tampoco es una panacea?

R. En absoluto es una panacea. Es un instrumento de cultura democrática que existe en toda Europa menos en España. El Consejo es un mecanismo de defensa de la libertad de expresión audiovisual, que establece una relación con la ciudadanía para garantizarle su derecho a la información y, por supuesto, para proclamar que en televisión no todo vale... Es un instrumento muy importante en un proyecto como el de la segunda modernización, que no sólo consiste en poner ordenadores y banda ancha por doquier, sino, sobre todo, en un cambio cultural, en un cambio de mentalidad. Es difícil cambiar de mentalidad cuando el instrumento de propagación de las ideas más fuerte que tiene el Gobierno de Andalucía no se corresponde con ese mensaje de transformación.

P. ¿Canal Sur pertenece a la primera modernización?

R. La televisión es un medio moderno, tampoco nos perdamos... Otra cosa es que las programaciones de Canal Sur sintonicen o no con la modernidad. Hay una Andalucía emprendedora que se ha desprendido de ciertas lacras de incultura y de subdesarrollo que atenazaban a la comunidad y esa nueva gente se identifica con otros valores. Creo que no se identifica mayoritariamente con la programación de Canal Sur.

P. Lo que usted afirma no coincide para nada con la encuesta del IESA que dice que el 67% de los andaluces considera buena o muy buena la programación.

R. Pero eso se entiende. El hecho de que a los andaluces les guste la programación puede ser porque en este país no se conoce otro modelo de televisión. Hay un predominio del modelo comercial y, bajo ese parámetro, Canal Sur no es ni mejor ni peor. Canal Sur, en los últimos dos años, ha mejorado bastante su programación, pero sin haber dado el salto a lo que se conoce por una programación de servicio público. Ya digo, como televisión comercial, claro que ha mejorado, pero nos falta el referente de lo que es una televisión pública.

P. Usted ha defendido emitir un día la programación de Canal 2 Andalucía por la primera cadena y pasar la de ésta a la segunda para ver qué aceptación tenía.

R. No un día, sino de manera permanente. Para aquellos que dicen que hay que atender a quienes demandan más romerías, procesiones y carnavales..., dejémosles una segunda cadena y hagamos una primera moderna, urbana, en la que se haga visible la nueva Andalucía. No matemos la primera, sino que, con la debida dignidad de un canal público, pasémosla a la segunda. Y, claro, pongamos el presupuesto sobre la segunda hecha primera...

P. ¿Cómo cree que está calando la segunda modernización?

R. Cuando se habla de la segunda modernización, una sonrisa recorre la comunidad... ¿Qué tontería es esa de la segunda modernización...? Lo más doloroso es que la sonrisa brota entre personas que, por estar en la formación que pregonan el cambio, deberían abanderar el proyecto. Pero, ¡ojo!, la modernización está en la sociedad, en la universidad, en lo que quiere la gente para sus hijos y para su futuro, por eso duele que los elementos más refractarios a la modernización están en esas cortijadas irreductibles del '¿no tenemos la mayoría?', entre los celosos guardianes de ciertas parcelas de poder que temen el cambio, porque piensan que van a quedar fuera de juego. Esa es la gran rémora a la hora de iniciar un proyecto de la envergadura de la llamada segunda modernización.

P. ¿El PSOE después de 22 años gobernando es capaz de hacer lo que ustedes proponen?

R. Le doy, claro, una opinión personal, que sé no va a gustar nada, porque entre algunos socialistas se han desarrollado tics de intolerancia que no aceptan las críticas, que sólo admiten aplausos. El ejercicio de la segunda modernización es autocrítico. Y frente a esos elementos refractarios hay que decir que muchas ideas y formas de hacer política están gastadas. Hay que ser más permeables a la sociedad civil y no se pueden seguir manteniendo a estos tapones partidarios, a estos guardeses de no sé qué esencias, esencias que al final son sus propias miserias, que impiden dar un paso hacia delante y que los ciudadanos ejerzan el derecho a alternativas políticas dignas. La segunda modernización tiene que llegar a los partidos, a los hábitos y los debates políticos. Resulta estremecedor ese escenario parlamentario del tú peor que yo y yo más que tú... Aquí, también ¡basta ya!

P. ¿Hay muchos guardeses de esos en el PSOE? ¿Son mayoría?

R. No lo sé. No pertenezco al PSOE. Quiero creer que un partido que dé acogida en su seno a los nuevos valores de Andalucía destilará un talante nuevo. Lo otro sería encerrarse en un partido conservador que irá muriéndose biológicamente con los guardianes de marras. La reflexión que hace la segunda modernización nace desde un claro sentido de lealtad a la comunidad. Por eso hemos sido tan autocríticos.

P. ¿Es escéptico respecto al recorrido del documento?

R. El de la segunda modernización es el tercer foro en el que participo. Hace unos años empezamos a hablar de estos temas en un pequeño grupo de trabajo que organizó Javier Torres Vela. Ya entonces se hizo el diagnóstico: no se puede perder la pista de la sociedad civil. Luego vino lo del foro Nuevo Siglo y ahora la segunda modernización. Quienes hemos estado en las tres trincheras, siendo carne de cañón de los socialistas refractarios, sabemos que el hecho de haber llegado a una tercera trinchera es porque hemos avanzado algo. Los que vengan detrás lo tendrán más fácil, pienso... Aunque sería estupendo que esta vez sí, que esta vez nos pusiéramos a innovar, a demostrar que de verdad hay un cambio del cambio... Porque está claro que ya no valen los viejos moldes. ¡La sociedad civil está en marcha! Esa sí es la Andalucía imparable.

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