"Mi paga es una 'canallá' muy grande"

La pensión de Carmen López Serrano, una malagueña de 82 años que hace 40 se trasladó a Granada, da para pocas alegrías. 252 euros al mes. "42.000 pesetas" es la cifra que reconoce Carmen. Vive sola y en su propia casa. "Sólo me faltaba ahora tener que pagar un alquiler o una hipoteca", cuenta. A pesar de lo exiguo de la paga, no se trata de que Carmen no haya trabajado nunca. Tiene una pensión no contributiva porque los empresarios que le dieron trabajo nunca cotizaron lo que debían. Carmen trabajó en Málaga en una empresa de pescado, "limpiaba boquerones", dice. Sus jefes nunca pagaron una peseta a la Seguridad Social por ella.

Ya en Granada, Carmen comenzó a trabajar de camarera en un hotel muy conocido, El Victoria. El hotel cerró 13 años después. Ya no tenía edad de buscar trabajo y Carmen acudió a las oficinas de la Seguridad Social en busca de su jubilación. Gran chasco. Le faltaban años de cotización. Intentó completar el resto de su bolsillo, pero no le dejaron. Total, 252 euros cada mes después de una vida entera trabajando. "Antes los jefes hacían lo que les daba la gana. En mi casa hacía falta un jornal y no podías quejarte. Cogías lo que había", dice Carmen de su experiencia con empresarios.

¿Qué piensa de los políticos? "Mucho hablar pero se dedican a ganar para ellos". Sobre su sueldo mensual, Carmen es también contundente. "Mi paga es una canallá muy grande", resume. De la ley aprobada por el Gobierno central no tiene ni idea. De la subida que le dará la Junta afirma categórica: "Es una miseria".

Por si fuera poco lo bajo de su sueldo, Carmen recuerda otro acontecimiento como un gran bocado para su economía, la llegada del euro. "Eso fue un robo enorme", dice. ¿Y cómo puede uno apañarse para comer y vestirse con ese dinero? "Lo primero, procuro administrarme bien. Luego, si hago potaje, me tiene que durar para varios días".