'Cuéntame' y el 20-N
Este último 20 de noviembre, 28 años después de la muerte del dictador, coincidía con la emisión del capítulo semanal de la serie Cuéntame (seguro que por esa astucia de la razón que construye la historia a golpe de necesidad). En un país al que se le ha hurtado la memoria personal, Cuéntame devuelve, aunque sea en migajas de dignidad, el reflejo de la lucha contra lo que fue el régimen más anacrónico y largo del siglo XX en Europa occidental. Por vez primera, el franquismo, que amaneció fusilando y que se despidió fusilando, se sentaba en el comedor de los españoles para intranquilizar desde la televisión a nuestra inmaculada transición.
Como quiera que el Partido Popular, fiel a sus orígenes, no duda en tenerlo todo atado y bien atado, entendió que la emisión de ese capítulo podía molestar a las familias del bienpensar tradicional. De manera que, por "ajustes en la programación", alguien decidió que el 20 de noviembre no habría cuento alguno en Cuéntame. ¿Qué terribles sucesos se pretendían ocultar en el aniversario del fallecimiento del Generalísimo? Pues el enésimo burdo hurto pretendía esta vez desactivar cómo el párroco Eugenio de la serie, junto con un Tony cada vez más implicado en el antifranquismo, ponían en marcha la primera manifestación en el barrio contra la pena de muerte. Como telón de fondo, el proceso de Burgos en 1970, donde el deseo de Franco de fusilar a 15 "terroristas" de ETA generó una ola de repulsa en todo el mundo, incluyendo la de la jerarquía de la Iglesia católica, y que terminó por desbaratar los planes ejemplares escritos para un paredón. En el capítulo "puenteado", los vecinos más conservadores y fieles al franquismo se enfadaban por la iniciativa.
Por lo visto, en Prado del Rey y en Moncloa, algunas décadas después, también. No se me escapa que, al haber políticos en activo en el Partido Popular que pertenecieron a gobiernos de Franco en donde se firmaron sentencias de muerte, este tipo de recordatorios y en tan emblemáticas fechas ponen en cuestión la condición de "demócratas de toda la vida" de algunos. Pero la democracia, o se referencia sobre la historia de los demócratas o corre el riesgo de transformarse en una cortina de humo que se la lleva el primer viento. Hay un "nocturno de la transición" cuya partitura tiene que escribirse e interpretarse.
Durante 40 años, a los españoles nos ajustaron constantemente la programación. Miren que hemos avanzado en estos 28 años. Dicen, y debe de ser verdad, que España está irreconocible. Qué duda puede caber. Pero, por lo visto, hay cosas en este país que, cuando se han aprendido, pasa lo mismo que con la bicicleta: ya no se olvidan nunca.
Y una pregunta se torna obligatoria ¿cuánto hace que no montan ustedes en bicicleta?
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