Manuel Mata: "El caso Maeso puede tardar 7 años en resolverse"

En sus manos están los intereses de 15 de los afectados por el contagio masivo del virus de hepatitis C en cuatro hospitales valencianos por el que está imputado el anestesista Juan Maeso. Es uno más de los asuntos relacionados con la medicina que le han dado una especialidad, la de negligencias médicas, con la que no contaba cuando en 1983 se colegio como letrado. Tiene 44 años, es un animal político que entre 1986 y 1995 recorrió el parlamento de Bruselas, la asesoría del alcalde de Valencia Ricard Pérez Casado, la del ex presidente de la Generalitat Juan Lerma y una concejalía también en el Ayuntamiento de Valencia. Volvió al despacho cuando cambiaron las tornas pero no se apartó ni del PSPV ni de ejercer la crítica o la propuesta cada vez que ha tenido oportunidad. Entre ellas, la actitud de la Generalitat ante el caso de la hepatitis C.

"Soy un animal político y trabajaría donde mi partido me mandara"

Pregunta. ¿Cuándo será el juicio a Maeso por la hepatitis C?

Respuesta. Creo que no habrá una sentencia definitiva hasta dentro de siete u ocho años. En el hipotético caso de que la vista oral se fijara para dentro de un año y medio, hay que contabilizar unos plazos posteriores que no son nada despreciables. Resolver las cuestiones previas puede demorarse un año. Al menos 12 meses puede durar la vista oral, no olvidemos que son 270 los afectados, que hay testigos, informes muy densos....

P. ¿La instrucción ha sido correcta?

R. A mi juicio sí. Si esto hubiera ocurrido en el siglo XIX o hace 25 años, Juan Maeso ya hubiera sido condenado.

P. Se ha acusado a la defensa de Maeso de dilatar innecesariamente el proceso, ¿lo comparte?

R. Éste ha sido un proceso limpio. Puedo estar o no de acuerdo con determinadas técnicas de la defensa, pero tengo claro que Maeso tiene la mejor defensa posible.

P. ¿Cómo afectará la marcha del magistrado-presidente de la sala, Monterde, a Madrid?

R. Ha insistido en que lo dejará todo resuelto, pero no sé hasta qué punto.

P. Entonces, ¿por qué ha insistido usted en ocasiones en la lentitud del procedimiento?

R. Porque creo que la Generalitat no ha actuado con suficiente responsabilidad. Desde que estallara el caso en 1998, han muerto dos personas. La enfermedad empeora, en algunos casos de forma dramática, la calidad de vida de los afectados. La única posibilidad es la reparación. Y la Administración no les ha indemnizado al menos en parte. No hace falta un gran esfuerzo, con que la Generalitat tuviera previsto un fondo mínimo para catástrofes, podrían resolverse cuestiones muy básicas de personas que han sido víctimas, como es este caso, de una negligencia, que están enfermos. Pero no ha habido esa sensibilidad, sigue sin haberla. Es una cuestión de comprensión de las cosas, cuando la sanidad pública tiene un error, tenemos que asumirlo entre todos. Aunque es cierto que este asunto, como otras muchísimas negligencias médicas, hacen posible que hoy sea imposible pensar que pudiera ocurrir otro caso Maeso.

P. ¿Privatizar los servicios sanitarios aumenta las negligencias?

R. Hay muchas disfunciones. No dudo que haya servicios públicos que puedan ser privatizados, pero no creo que entre ellos se encuentre la Sanidad, la Educación o los Transportes Públicos. Es inaudito que el control sobre las historias clínicas las tenga una empresa privada. El caso de las resonancias magnéticas es un ejemplo, es mucho más caro subcontratar que asumir el gasto de una tecnología punta. Si se examinaran los problemas que da el modelo de gestión del Hospital de Alzira, se vería que los problemas que causa son mayores.

P. ¿De qué depende que ese escenario cambie?

R. Es cuestión de voluntad política, nada más, y nada menos claro. En la sanidad pública no puede haber diferencias territoriales. La Administración tiene pavor a romper los vínculos con grandes compañías, como Baxter, que están en todos los concursos, que suponen el único aliciente para algunos especialistas que no consiguen desarrollar parte de sus inquietudes profesionales en la sanidad privada porque no tiene medios. Se intenta transmitir que los servicios privados son mejores. No es cierto, todos tenemos que exigir que nos traten igual y que lo mejor esté al alcance de la sociedad, no en función de los recursos individuales. En Sanidad, Educación y Transportes no se puede pensar en términos de rentabilidad.

P. ¿Eso lo corregiría su partido, el PSPV?

R. La izquierda hizo una apuesta por universalizar servicios que antes nadie imaginaba. Ahora hace falta un nuevo salto: combatir la desigualdad y la pobreza. Estamos en mejores condiciones de hacerlo. La izquierda, el PSPV, pueden hacerlo.

P. ¿Combatiría en primera línea con el PSPV?

R. Soy un animal político. Iría a cualquier parte a la que mi partido me mande. Pienso en política, trabajaría por ella.