Hablar bien
Aunque no faltó ningún medio sevillano a la presentación del primer Festival Internacional de Música en Sevilla para dar noticia de un evento que reunirá a grandes artistas del espectáculo y la música, que prestigiará a la ciudad y traerá mucho y gran turismo, a pesar de ese apoyo presente, creo que la mayoría de los periodistas que entraron en el Ayuntamiento eran extranjeros. Por eso había un traductor español-inglés inglés-español; y por eso Carlos Saura se disculpó por no hablar en inglés, ni siquiera hablar bien en español.
Sin embargo fuimos muy pronto testigos de que Saura expresaba perfectamente sus ideas y su trabajo como director de la ópera Carmen. Para hablar bien no hace falta ser un orador: hay que saber lo que se quiere decir. Carlos Saura habló cuando estaba previsto que lo hiciera, con mucha frecuencia, y en los minutos de descanso contestaba a los micrófonos que se le arracimaban alrededor con todo tipo de preguntas, incluso musicales, porque ya sabemos que algunos melómanos tienen una opinión crítica sobre la ópera al aire libre. Le oí decir que su trabajo consistía en montar un espectáculo divertido, ameno y apasionante. También dijo que él siempre había hecho lo que quería hacer; que podía salir mejor o peor, pero no podía negar que era lo que quería hacer. Por eso no puede separar su trabajo de su vida. ¿Se puede explicar mejor?
Saura presentará una escenografía naturalista, no costumbrista, con valores expresionistas. Tendrá algo de ballet porque a él le interesa mucho el ballet, y con niños para conseguir la dinámica que pretende. Habrá también un homenaje al flamenco puro. Sevilla es para el cineasta maravilla y magia; su plaza de toros es el templo del toreo y poder utilizarla como espacio escénico es un privilegio. La orquesta estará el fondo para que el ruedo quede libre y no se destruya la dramaturgia que tiene en la cabeza. Para ello ha llegado a un acuerdo con Lorin Maazel y en las barreras habrá monitores de televisión con la orquesta para que los cantantes tengan la referencia del director. El drama acaba con el negro total y una luz que brota intensa es el renacer del mito. Así, dato tras dato, explicó su trabajo y era un placer escuchar a quien decía no saber hablar.
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