Incómodos con el euro
El euro alcanzaba esta semana referencias de 1,1977 dólares, cotización máxima frente a la divisa estadounidense desde la creación de la moneda única. Este movimiento supone un nuevo episodio de debilidad manifiesta del dólar, enmarcado en la tendencia depreciadora iniciada a mediados de 2001 por esta divisa y que no ha encontrado resistencias significativas en las autoridades de EE UU. Ante las potenciales consecuencias negativas para la economía de la eurozona vía sector exterior, no sorprende el resurgir de un sentimiento de incomodidad por parte de las autoridades económicas europeas. Ejemplos relevantes constituyen las declaraciones del ministro de Finanzas francés alertando del potencial efecto negativo sobre el sector exterior del mantenimiento a medio plazo del euro en torno a 1,20 dólares, o las de miembros del BCE mostrando su esperanza de que la debilidad del dólar sea distribuida de manera más uniforme.
La economía europea podría no verse perjudicada en exceso por una apreciación adicional del euro en términos de tipo de cambio efectivo
En el anterior movimiento de fuerte apreciación del euro frente al dólar en septiembre, tras la reunión del Grupo de los Siete, la depreciación de la divisa estadounidense frente a yen y libra permitió que, en términos de tipo de cambio efectivo (aquel que recoge la evolución de una divisa ponderada en términos de comercio con el resto de áreas económicas), la divisa europea no sólo no se apreciara, sino que incluso su valor cediera ligeramente. Actualmente, las fuertes intervenciones cambiarias por parte de Japón para debilitar el yen y la menor elasticidad de la libra esterlina provocan que la debilidad del dólar sea canalizada vía apreciaciones de euro y franco suizo. Consecuentemente, el tipo de cambio efectivo del euro ha vuelto a apreciarse, ofreciendo justificación a las voces de alarma.
Sin embargo, el crecimiento del PIB en el tercer trimestre para Francia y Alemania ha puesto de manifiesto un mayor dinamismo del sector exterior, que ha compensado la debilidad de la demanda interna. Este fenómeno se debe en gran medida a que el efecto volumen de la demanda externa está prevaleciendo sobre el efecto precio (tipo de cambio). La economía europea podría, por tanto, no verse perjudicada en exceso por una apreciación adicional del euro en términos de tipo de cambio efectivo mientras se mantenga el impulso de la demanda externa, es decir, si Estados Unidos y Japón conservan el ritmo reciente de recuperación.
José Manuel Amor y Manuel Cordero son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).
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