El Rastrillo anticipa las compras navideñas
El mercadillo benéfico de la ONG Nuevo Futuro celebra su 35ª edición en el pabellón de la Pipa de la Casa de Campo
Raúl (nombre ficticio) es un niño peruano abandonado por sus padres por tener una malformación en la cara y ser distinto de los demás niños. Raúl fue traído a España, donde le operaron dos dos veces en el hospital Niño Jesús y ahora vive en uno de los pisos que la ONG Nuevo Futuro posee en la región y que están dedicados a niños huérfanos o que es mejor mantener alejados de su entorno familiar. Nuevo Futuro tiene distintas fuentes de ingresos. Pero la más conocida y la que es la imagen de la organización es el mercadillo El Rastrillo, anticipo de las celebraciones navideñas y que abrió ayer sus puertas en el pabellón de la Pipa de la Casa de Campo.
La infanta Pilar de Borbón, duquesa de Badajoz, fue la encargada de inaugurar la 35ª edición de este evento que cada año reúne lo más granado de la aristocracia madrileña con un fin: vender las cosas más diversas para recaudar dinero para los niños huérfanos que están al cargo de Nuevo Futuro.
En el recinto es posible encontrar antigüedades, dulces o brujas que leen las cartas
Más de ochenta puestos dedicados a la alimentación de lujo, a las antigüedades, a los masajes, a las frutas más selectas, a los cafés más exquisitos, a la lectura del tarot... Y más de un millar de voluntarios, sobre todo mujeres de clase alta, que hasta el próximo día 30 se han quitado las joyas y se han puesto el mandil sin importarles mancharse de polvo. La Empresa Municipal Campo de las Naciones ha cedido gratuitamente el pabellón de la Pipa para el evento.
Doña Pilar de Borbón, presidenta de honor de la ONG, se paró en un puesto de joyas, en otro de chocolates belgas, repartió besos, compró un pin a un niño con síndrome de Down y se dejó hacer fotos con todo el que se lo pedía. La duquesa de Badajoz comentó el caso de un chaval que llegó a Nuevo Futuro como un "caso extremo" y ahora está casado y tiene dos hijos. "Le regalé una tele para su boda", contó doña Pilar. También tuvo tiempo de hablar de la futura esposa del príncipe Felipe, Letizia Ortiz: "La conocí el día de la pedida. Es una chica estupenda", resumió. "¿Que si la conocía de antes? Pues no, como todo el mundo, del telediario", añadió, ante la insistencia de los periodistas, y antes de que alguien de la organización se la llevase en volandas.
Mientras doña Pilar paseaba por el recinto, la condesa de España y la señora de González Amezua -"Pilar y Ukis"- atendían clientes en un puesto dedicado a antigüedades. "También vendemos tartas de chocolate buenísimas", contaron las dos, cercanas a cumplir 80 años. En el puesto, atendido por una decena de mujeres con título nobiliario, los artículos estrella eran una mesa y un mueble con un precio cercano a los 2.800 euros.
No lejos de ahí, otras voluntarias atendían la cafetería y un puesto donde servían gambas en cucuruchos de papel. "Me hago un poco de lío al dar el cambio en céntimos, pero bueno...", explicó una de las voluntarias metida a camarera. Además, restaurantes como Casa Lucio, Jockey o El Casino de Madrid ofrecen sus menús en uno de los locales que hay montados por unos precios que oscilan entre los 35 y los 50 euros. Por allí se pasearon algunos de los famosos asiduos de las revistas del corazón, como el torero Rafi Camino o Cuqui Fierro. La presentadora del programa de TVE La Botica de la Abuela, Inés Almagro, esperaba pacientemente sentada a que alguien se acercase para comprar un ejemplar firmado de su último libro. Este fin de semana está previsto que firmen, entre otros, Pilar Urbano, Nativel Preciado, Isabel San Sebastián o Pitita Ridruejo. En otro puesto, un hombre hacía una obra de arte con un cuchillo y una calabaza enorme. Otro local vendía artículos navideños y en otro, con las dependientas vestidas como en los cuadros de Rembrandt, se ofrecían artículos holandeses. Portugal, Polonia o Chile también tienen un hueco para mostrar lo mejor de sus gastronomías, de sus telas o de sus joyas.
Con los libros, las gambas, los cafés, los muebles de antigüedades y el sinfín de cosas que se pueden encontrar en El Rastrillo, Nuevo Futuro espera recaudar este año más de un millón de euros. La mayoría de los objetos que se venden han sido donados, aunque hay otros que han sido dejados en depósito.
"El año pasado no llegamos al millón recaudado. Este año tenemos que superarlo porque queremos financiar dos proyectos: una casa para bebés y una comisión de seguimiento para los chavales que han estado con nosotros y ya han cumplido los 18 años", explicó Fuencisla Pombo, directora de El Rastrillo. A su lado, la presidenta de la ONG en Madrid, Matilde Pérez de Herrasti, reivindicó el trabajo de la organización por encima del ajetreo de aristócratas y famosos. "A veces nuestra labor queda tapada por la frivolidad y no tiene que ser así. Atendemos a 1.475 niños, de los que 85 están en Madrid. Todavía nos queda mucho por hacer y, sobre todo, necesitamos más socios para seguir ayudando a los niños", concluyó Pérez de Herrasti.
El Rastrillo de Nuevo Futuro. Hasta el domingo 30 de noviembre. Recinto Ferial de la Casa de Campo. Pabellón de la Pipa. De 11.00 a 22.00. Entrada: 4,5 euros.
Padres y madres alternativos
La ONG Nuevo Futuro fue fundada en 1968 por 10 personas que querían demostrar que los antiguos hospicios y orfelinatos ya no constituían una solución para el problema de los niños abandonados.
Treinta y cinco años después, Nuevo Futuro dispone de 14 pisos en los que residen chavales de hasta 18 años que están permanentemente tutelados por dos cuidadores que hacen las funciones de padre y madre. La Comunidad de Madrid es la que envía a la ONG los niños que tienen que ser acogidos. "En los pisos caben como mucho siete niños y jamás separamos a los hermanos", explicó ayer la presidenta de la asociación en Madrid, Matilde Pérez de Herrasti.
Nuevo Futuro pretende que los chavales se integren en la sociedad de una manera normal y sin que sus compañeros de colegio les señalen con el dedo. La ONG también ha afrontado los cambios sociales y acoge desde hace años a niños inmigrantes. Cuando dejan la asociación porque ya están recuperados, Nuevo Futuro hace un seguimiento de su situación.
La asociación se financia con lo recaudado en El Rastrillo, con dinero que le otorga la Comunidad de Madrid y con donaciones de particulares.
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