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Los chavistas recogen firmas en apoyo del presidente

Venezuela vivió ayer la primera de dos jornadas que marcarán su rumbo político inmediato: la recolección de firmas para poner en marcha por primera vez el mecanismo del referéndum revocatorio de los funcionarios electos, establecido en la Constitución Nacional de 1999.

En mesas colocadas en plazas y otros lugares públicos, los electores afectos al Gobierno de Hugo Chávez Frías estamparon sus firmas para solicitar la convocatoria de una consulta que permita expulsar de la Asamblea Nacional, el Parlamento unicameral venezolano, a 38 diputados. En esta lista se encuentran numerosos parlamentarios que pertenecían, cuando fueron elegidos en julio de 2000, a partidos chavistas, y que en el transcurso de dos años de turbulencias políticas se han pasado al bando opositor. La recolección de firmas para este fin concluirá el próximo lunes.

Posteriormente, desde el viernes 28 de noviembre y hasta el lunes 1 de diciembre, le tocará el turno a la oposición para recolectar las firmas necesarias para llamar a un referéndum revocatorio contra el presidente Chávez.

Este proceso, inédito en la historia venezolana, no implica otra cosa que la convocatoria o no de los referendos, pero tanto el Gobierno como la coalición opositora Coordinadora Democrática se han tomado estas dos semanas como una especie de medición de fuerzas anticipada. De resultar exitosas las dos jornadas de acopio, los referendas se realizarían en abril o mayo de 2004, según estimaciones hechas sobre la base del cronograma del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Nuevas elecciones

Si es revocado el mandato de Chávez antes de agosto de 2004, el CNE deberá convocar de inmediato unos comicios para elegir un presidente que concluya el periodo presidencial hasta febrero de 2007. Si la oposición no obtiene las firmas necesarias para convocar la consulta, unos 2,3 millones, no tendrá una segunda oportunidad y tendrá que esperar hasta las elecciones de 2006.

En el caso de los diputados, si son revocados, serán reemplazados por sus respectivos suplentes. En esto consiste justamente la jugada política del chavismo, pues la mayoría de los suplentes se mantienen leales al Gobierno y, por lo tanto, la incorporación de éstos variaría a su favor la correlación de fuerzas.

La mayor actividad se registró ayer en los barrios marginales y urbanizaciones de clase media-baja, que continúan siendo bastiones del presidente Chávez, mientras en las zonas de clase media casi no se presentaron electores interesados en firmar.

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