44 fotógrafos miran una realidad sin tópicos de Latinoamérica

La exposición y el catálogo Mapas abiertos. Fotografía latinoamericana, 1991-2002 (Lunwerg) abandonan los estereotipos sobre el arte latinoamericano y ofrecen una visión sin exotismos de 44 autores, según el crítico y comisario Alejandro Castellote. La muestra se inauguró ayer en la Fundación Telefónica, de Madrid (Fuencarral, 3), y el mismo montaje se presentará mañana en el Palau de la Virreina, de Barcelona (Rambla, 99).

Las dos exposiciones simultáneas, con los mismos autores y escasos cambios en el montaje, forman un proyecto sobre la fotografía latinoamericana de los años noventa, organizado por la Fundación Telefónica, el Institut de Cultura de Barcelona y Lunwerg editores. Las muestras, con 44 fotógrafos de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Perú y Venezuela, que enseñan 180 imágenes, permanecerán abiertas al público hasta el 11 de enero, para iniciar una itinerancia de cuatro años por otras ciudades españolas, Europa y América.

Alejandro Castellote, que ha recorrido los países para hacer una selección en contacto con críticos y autores, pone un ejemplo del cambio: en lugar del fotógrafo que baja de un helicóptero para retratar la miseria ahora son los propios niños de la calle los que hacen las fotos. En la exposición figuran las imágenes del Taller Foto Kids, de Guatemala, y del proyecto Tafos, con talleres de fotografía social, por donde han pasado 200 fotógrafos. Los cambios afectan desde el mismo título de fotografía latinoamericana, ya que se trata de artes visuales y sistemas híbridos de un continente que quiere "recuperar un sentido cultural y juntar energías", según Castellote.

Rituales de identidad

El montaje está dividido, según los espacios, en tres bloques que agrupan a fotógrafos en Historias alternativas, Escenarios y Rituales de identidad. En lugar de una clasificación por géneros o tendencias se ha buscado un hilo conductor donde aparecen las grandes ciudades, las migraciones, la violencia, con predominio de imágenes metafóricas. "Hay mucha diferencia en las obras, pero con un criterio común que establece el comisario. Creo que es una revisión necesaria de la fotografía latinoamericana actual", declara Gerardo Suter, de México, que presenta unas obras basadas en la simbología y códices prehispánicos, sobre todo en la serie Geografía de la memoria. El venezolano Nelson Garrido declara que la muestra presenta "la visión del otro", lo que está pasando en Latinoamérica "desde el arte alternativo y con mucho respeto, con nuestro propio lenguaje".

El visitante recorre las imágenes de las "ricas y famosas" de Daniela Rossel, los edificios cerrados de Alexander Apóstol, la ciudad nocturna de Cassio Vasconcellos, los pequeños pasillos de Julio Grinblatt, la ironía de Vik Muniz, el simulacro de Luis Molina-Pantin, el metro cúbico de favelas de Jaime Ávila, los desaparecidos de Marcelo Brodsky, la dictadura de la belleza de Fernanda Magalhaes, los retratos de indígenas de Luis González Palma, los símbolos de Marta María Pérez Bravo, las huellas de la Pampa de Gustavo Frittegotto o los documentos de Maya Goded.

La imagen del catálogo es una pieza de Tatiana Parcero, de México, de su serie Cartografía interior, donde combina fragmentos del cuerpo con los códices precolombinos, "la visión de los aztecas con la vida, donde los órganos son lagos y las venas ríos, una forma de mantener vivas mis raíces".

Los textos del catálogo quieren ser "una forma de entender la realidad a través de la fotografía", según Juan Carlos Luna, director de Lunwerg. Contiene estudios de Iván de la Nuez, sobre la imagen latinoamericana en el siglo XXI; Alejandro Castellanos, sobre transmigraciones y la fotografía en México; Rubens Fernandes Junior, sobre la fotografía brasileña, y Juan Antonio Molina y Alejandro Castellote, sobre los contenidos de la exposición.