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Aznar y Lagos dicen que las buenas políticas no tienen ideología

España y Chile cooperarán sobre Irak

El jefe del Gobierno, José María Aznar, y el presidente de Chile, el socialista Ricardo Lagos, se alabaron ayer mutuamente como ejemplos de que "las buenas políticas económicas", en el sentido de políticas liberalizadoras y de control financiero, no se adscriben a ninguna ideología y son practicadas por Gobiernos de signo opuesto. Los dos mandatarios sobrevolaron, por otra parte, sus diferencias sobre el conflicto de Irak, asegurando que hay condiciones para cooperar en la ONU.

"Las buenas políticas económicas son eso, buenas políticas económicas, y no son patrimonio ni de la izquierda ni de la derecha. Son simplemente problemas que hay que afrontar", dijo en la rueda de prensa conjunta Lagos, paradigma de la ortodoxia en un subcontinente convulso por problemas sociales.

Aznar había expresado poco antes la misma idea, aunque con más acritud, en un foro empresarial hispano-chileno. "En el mundo de hoy, no se discuten modelos. Hay un único modelo, que es el de la democracia y la economía libre. Dentro de esto, hay políticas buenas y malas. Las buenas, dan oportunidad a toda la gente. Las malas, son las de los que se quejan todo el tiempo y echan la culpa a los demás, sin asumir sus responsabilidades", explicó.

La visita del presidente del Gobierno a Chile, país que no pisaba desde hace cinco años, se convirtió así en una celebración entre los dos Gobiernos iberoamericanos que más apartados se mantienen del debate en curso para buscar fórmulas alternativas de desarrollo. Ambos hubieron de afrontar, sin embargo, algunas objeciones.

Lagos se enfrentó a la pregunta de cómo se puede presumir de déficit cero en una sociedad llena de pobres con el argumento de que practica una política anticíclica, que aumenta el gasto cuando bajan los precios del cobre, la primera exportación del país. Así, explicó, ha logrado mantener el gasto social, aunque reconoció que éste es mínimo y que aún no ha llegado la "fase" en la que el Estado chileno pueda aportar "algo" del bienestar propio de los europeos.

Aznar, en cambio, respondió a la cuestión de por qué un liberal convencido no hace más porque la Unión Europea reduzca las subvenciones agrícolas, diciendo que Bruselas reformó su política agrícola para facilitar un acuerdo en la Asamblea de la Organización Mundial de Comercio en Cancún. Añadió que no entiende cómo los más perjudicados por el fracaso son los que más lo aplauden y que espera que las negociaciones se reanuden pronto.

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El carácter de despedida de esta breve visita a Chile quedó patente cuando Aznar habló de su futuro. Dijo que es consciente de que "lo más importante en la vida de un hombre es ser presidente del Gobierno" y confió en seguir acudiendo a foros empresariales, aunque ya no lo sea. "Si ustedes me invitan", sugirió dos veces.

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