En defensa de María del Mar
El militar que se confesó transexual se presenta como mujer ante un tribunal médico para seguir en la Armada
Sus hermanos y su madre siguen llamándola José o Jose. Aún no se acostumbran a decirle María del Mar o Mari, como a ella le gustaría. Pero desde hace un año la ven salir de casa vestida de mujer. Maquillada, con tacones y con escote, enseñando el principio de un pecho que ya se ha desarrollado. María del Mar Gordo Pantoja, antes José Antonio Gordo Pantoja, es cabo segunda de la Armada Española. Tiene 30 años. Y es transexual.
Como María del Mar entró ayer por la puerta del hospital de San Carlos, en San Fernando (Cádiz). Pendientes brillantes, zapatos de tacón, pantalones estrechos y chaqueta vaquera, camisa blanca escotada, los labios pintados y la sombra de ojos de color rosa. Así, dejando entrever un sujetador de flores verdes, la recibieron los médicos del hospital. Es la primera vez que pasa un reconocimiento como mujer. Hace poco recibió una carta en la que le exigían que se presentase en San Carlos para examinarla y determinar su supuesta inutilidad física. La estrategia es bien sencilla: si los médicos, después de hacerle todas las pruebas, dicen que efectivamente es inútil, le echarán de la Marina.
"Para entrar en la Armada hay que pasar unas pruebas físicas y médicas y yo las he pasado todas. Después de ocho años en servicio, decirme que soy inútil es como darme un cachetazo en la cara. Es como decirme 'No vales para nada'. Si me echan de la Marina, recurriré, porque yo inútil no estoy". Ayer le hicieron un reconocimiento general. Una endocrina le hizo preguntas sobre el tratamiento hormonal que está siguiendo, ese mismo que ha hecho nacer sus pechos.
En días sucesivos tendrá que hacerse más pruebas: análisis de sangre, una mamografía, una ecografía... Pero ya ha superado uno de los grandes retos. Ayer esperaba que la arrestaran porque tenía obligación de acudir a la prueba vestida con el uniforme de gala masculino de invierno. Se presentó de mujer y de civil. "Estoy desobedeciendo una orden directa", dijo María del Mar antes de entrar en el hospital, "pero ese uniforme es de hombre. Y yo ya no me siento identificada con el cuerpo del hombre". Para ella, vestir el uniforme masculino sería una incongruencia.
"Cuando miro mi sombra, vuelvo la cabeza porque no me gusta lo que veo, que es la figura de un hombre. Pero todo el peso que me he quitado de la espalda volvería si me vistiera de hombre. Sería recordar muchas cosas que no quiero ni que se me pasen por la cabeza. Yo no soy un hombre. Aquí está María del Mar y eso es lo que hay. Es lo único que le pido a la Marina: que lo acepte".
María del Mar Gordo Pantoja está esperando a que se le designe un nuevo destino. Antes de confesar su transexualidad, estuvo en la fragata Canarias. Posteriormente, en diciembre del año pasado y ya en la flotilla de aeronaves de la base naval de Rota, contó a sus mandos lo que le pasaba. Después estuvo de baja por depresión y, cuando le dieron el alta, pasó a depender del Almirante de la Zona Marítima del Estrecho. "Sé que la Marina es una institución regia, pero lo forman personas. Quiero que se den cuenta de que no soy inútil. Si mis médicos y mis psicólogos dicen que soy transexual, los suyos lo dirán también. Sólo pido que me dejen adaptarme a mi nueva situación". Esta nueva situación implica que la destinen a cualquier sitio en tierra.
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