Una minúscula morada para El Cabanyal
La intervención artística del neoyorquino Simonds contrasta con la gran 'pantalla' creada por el futuro hotel de Las Arenas
Lo anunció en el acto de presentación de la exposición que se puede ver en el IVAM hasta el 30 de noviembre. Y lo ha cumplido. El escultor estadounidense Charles Simonds ha realizado algunas de sus "minúsculas moradas" (que llama dwelling), no en la ciudad de Nueva York, donde se dio a conocer en los años sesenta con ese tipo de intervenciones artísticas, sino en Valencia. Más concretamente, en El Cabanyal.
No es fácil detectar su obra. Simonds ha aprovechado las grietas, los huecos y los intersticios de un muro de piedra de rodeno junto a la llamada Casa dels Bous, muy cerca de la antigua Llotja de Pescadors, para modelar sus pequeñas construcciones de arcilla, habitadas por una población nómada e imaginaria. Remiten a civilizaciones antiguas, quizá a los pueblos indios de Nuevo México que impresionaron al escultor neoyorquino siendo niño.
Simonds dijo en el IVAM que tenía que visitar la ciudad para conocerla antes de decidir el lugar de ubicación de su trabajo. Le gustó mucho el barrio y la zona de la playa. Más tarde, miembros de la plataforma Salvem El Cabanyal, como el profesor de Bellas Artes y artista Emilio Martínez, contactaron con él y le explicaron los planes del Ayuntamiento de Valencia de prolongar la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar a través de la Llotja de Pescadors y de la Casa dels Bous, entre otras muchas construcciones y viviendas destinadas a desaparecer de El Cabanyal.
Simonds mostró su desconcierto y rechazo por el proyecto al tiempo que recordó su involucración en el movimiento de rechazo a los proyectos especulativos del Soho neoyorquino de los años setenta. El artista reflexiona sobre la arquitectura y la relación entre la obra, el contexto y la naturaleza.
Poco podrán hacer sus minúsculas moradas más que servir de testimonio de otra forma de ver la vida. Muy diferente de la que hacen gala los responsables privados y municipales de la construcción del enorme hotel que se está levantando en Las Arenas cercanas. Su altura y volumetría rompen con cualquier atisbo de melancolía en un espacio en que el rumor del mar ya ni se adivina.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.