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Análisis:COYUNTURA NACIONAL
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Compás de espera

Parece que, ahora sí, la economía norteamericana inicia con fuerza la recuperación. Ahí está el crecimiento del 1,74% (7,2% a tasa anual) en el tercer trimestre. Algunos resultados de entre los componentes de ese crecimiento no son sostenibles ni se repetirán en los próximos trimestres, y también es incierto que dicha economía pueda mantener a medio plazo tasas del orden del 4% (el crecimiento esperado para 2004) sin corregir los desequilibrados balances financieros de las familias y del sector público. Pero, a corto plazo, no hay problemas para alcanzar la tasa señalada, pues la hipotética moderación del gasto en consumo y viviendas se verá compensada por la fortaleza de las exportaciones y de la inversión empresarial, cuyo crecimiento en el tercer trimestre fue el dato más alentador del cuadro. En Europa, parece que Alemania empieza a moverse, aunque hay que seguir siendo cautos, pues, por un lado, las exportaciones deben acusar la apreciación del euro y, por otro, los consumidores mantienen su confianza en mínimos, lo mismo que en Francia y otros países.

El paro ha vuelto a aumentar; la economía crece, pero no lo suficiente para reducir el desempleo

Mientras, la economía española sigue apoyándose en sus solas fuerzas para mantener un crecimiento superior al de sus socios de la UEM. Pero esas fuerzas son insuficientes para alcanzar el ritmo que sería necesario para reducir la tasa de paro, anclada por encima del 11%, y alguna de ellas empieza a mostrar cierto cansancio. Por ello, su crecimiento se ha estabilizado en el tercer trimestre en el 2,3%, como avanzamos en esta columna hace unas cuantas semanas y ha estimado el Banco de España en su último informe trimestral (el INE publicará los datos contables el próximo día 24).

Los datos conocidos en los últimos días corroboran estas estimaciones, a la vez que ponen de manifiesto cómo el crecimiento sigue sustentándose en bases poco sólidas y no sostenibles a medio plazo. Por un lado, tenemos la pujanza de los indicadores del consumo y de la construcción, como las ventas de automóviles, la mejora del indicador de confianza del comercio minorista, las pernoctaciones de españoles en hoteles, el tráfico aéreo nacional, la encuesta coyuntural de la industria de la construcción, el consumo de cemento o los visados de obra nueva. Todo ello está bien, pero supone ahondar en los desequilibrios financieros de las familias (su baja tasa de ahorro y su creciente endeudamiento), que no pueden continuar indefinidamente. En dirección contraria van los indicadores de la inversión empresarial y los de la actividad industrial, que denota una caída de las exportaciones (desgraciadamente, el retraso en la publicación de los datos de comercio exterior impide corroborar de momento esta previsión). El conjunto de estos datos nos indica que la demanda interna sigue acelerándose (probablemente más de lo estimado por el Banco de España), pero que ello se esteriliza por una aportación cada vez más negativa del sector exterior (también mayor de la estimada por el banco).

Por todo ello, el empleo ya no se acelera como en la primera mitad del año y el paro registrado ha vuelto a aumentar en los dos últimos meses, incluso desestacionalizando los datos. La economía crece, pero no lo suficiente para reducir el paro. Los empresarios parece que han levantado el pie del acelerador, hasta que el tren de Europa se ponga en marcha. Mientras, estamos en una suerte de compás de espera.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).

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