"La menopausia es un gran mercado"
Pregunta. ¿La mujer ignora más que sabe de su sexo?
Respuesta. Ignora lo que todos estamos abocados a ignorar. Se mueve en el tema sexual con muchos prejuicios, tanto de la moral católica como de otras creencias sociales. Eso es una pena que llevamos todos: mujeres y hombres.
P. A la ginecología la marca muy de cerca la religión, ¿no?
R. En el tema de los abortos, sí, pero no en general. La moral católica condena el aborto, pero el problema, ahora que estamos intentando poner los abortos en el hospital público, es la objeción de conciencia. Es un privilegio que tenemos los médicos: imponemos un criterio moral sobre el derecho que tiene una persona a recibir una prestación sin que ni siquiera se nos pida una declaración fehaciente de nuestras creencias.
P. ¿El aborto acabará sólo practicándose en centros privados?
R. Los centros privados hasta ahora lo han hecho bien. De todas formas creo que un porcentaje de abortos deben hacerse en el hospital público, porque tiene muchos recursos y la práctica clínica puede ir mejorándolos y así servir de enseñanza a otros centros.
P. ¿Con el PP se ha retrocedido?
R. Se ha avanzado. Antes no se pudo poner el aborto en el hospital público por una excesiva tolerancia con los objetores, y -aunque ahora también la sigue habiendo- esta Administración lo está impulsando.
P. ¿Ha practicado abortos?
R. Soy de los médicos que están practicándolos. Y también partos. Lo del aborto lo hago porque creo que la mujer tiene derecho a ello y yo soy la profesional que tiene los recursos, no porque me guste. Los hago por motivos puramente ideológicos. Y además, creo que no será bueno que se convierta en una actividad marginal en el hospital público. Lo ideal es que se meta en la rutina clínica y en el programa de formación de residentes.
P. ¿Es partidaria del cuarto supuesto?
R. Es necesario. La ley salió sin contemplar el supuesto socioeconómico, pero realmente el 90% de los abortos se hacen por motivos socioeconómicos, aunque aparecen como abortos de causa psíquica en el primer supuesto. Es una situación que crea inseguridad legal para todos. La ley salió como salió, pero la sociedad está preparada y es el momento de afrontarlo.
P. ¿La menopausia es una catástrofe?
R. No, no. Nos lo han querido vender así. La menopausia es un episodio en la vida de la mujer que no cambia para nada lo que es su historia. Lo que pasa es que la menopausia es un gran mercado para los laboratorios farmacéuticos. Y hay una gran presión para que se entienda como un problema grave que tiene un remedio farmacológico.
P. Pero hay mujeres que lo viven de un modo más dramático que otras.
R. Claro, porque si tú no estás contenta con tu situación y te dicen que tienes una causa, pues te agarras a eso. Pero se vende así para luego decirte que vas a estar mejor con la terapia hormonal, que además no soluciona nada. La menopausia hay que desdramatizarla y sobre todo desfarmacologizarla.
P. ¿La mujer no necesita ningún tratamiento en esta etapa?
R. No necesita ningún tratamiento más que en otra etapa de su vida. Hay dos signos propios: los sofocos, que se pasan solos, y la sequedad vaginal, pero pasa eso hay remedios y soluciones que no son la terapia hormonal.
P. ¿La andropausia existe?
R. Es una revancha de las chicas. Se trata de una palabra de venganza que nos hemos inventado las mujeres.
EN DOS TRAZOS
Elena Martín (Barcelona, 1950) estudió primero enfermería, luego fue matrona, y cuando acabó medicina fue residente de anestesia, aunque acabó en ginecología, especialidad en la que cuenta con unas solventes credenciales. Ahora coordina los abortos en el hospital La Fe de Valencia, en el que fue directora de Maternidad y, después, gerente. Es muy crítica con la excesiva tolerancia con la objeción médica a practicar el aborto y reclama la aplicación del cuarto supuesto porque, según sus datos, el 90% de abortos tiene un fundamento socioeconómico.
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