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Barcelona debe cuadruplicar la atención domiciliaria para alcanzar la cuota de la UE

El Ayuntamiento pretende ampliar el servicio a 23.000 ancianos en cuatro años

Envejecer en casa es la opción preferida por la mayoría de los ancianos y la menos costosa para las arcas públicas. Pero las personas mayores de Barcelona lo tienen muy difícil para gozar de este derecho. La atención domiciliaria sólo alcanza a unas 5.700 personas, cuando este servicio debería dar cobertura a unas 23.000 -tendría que multiplicarse por cuatro- para cumplir la recomendación de la UE de llegar al 8% de los ancianos mayores de 65 años.

Alcanzar la cuota europea es uno de los objetivos "prioritarios" del concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona, Ricard Gomà, que propondrá la inclusión de este propósito en el programa de actuación municipal para el periodo 2003-2007. El concejal de ICV admite que la ciudad de Barcelona, con una de las poblaciones más envejecidas de Europa, destina unos recursos ridículos al apoyo externo de los ancianos dependientes que quieren seguir viviendo en su casa o que se ven obligados a hacerlo por falta de plazas en residencias. "Queremos corregir esta anomalía", asegura el concejal, quien se queja, sin embargo, de las escasas subvenciones que la Generalitat otorga a los municipios para implantar este servicio, que está transferido a los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes.

En Barcelona viven 335.000 personas de más de 65 años, más de la mitad de las cuales tienen entre 75 y 84 años. "Al envejecimiento hay que sumar índices de dependencia, de soledad y de salud precaria muy elevados", destaca Gomà. El último informe sobre la vejez en Barcelona indica que unos 6.000 ancianos afirman que no se relacionan nunca con nadie, ni siquiera con la familia, y el 27,5% de las mujeres de 65 a 75 años tienen dificultades para desarrollar las tareas de la vida cotidiana.

Gomà apuesta por implantar un modelo de atención domiciliaria "de calidad", reforzado con programas de acción comunitaria en los barrios, como el Plan de Buena Vecindad, que ya está en marcha, que consiste en fomentar y formalizar relaciones entre los ancianos que viven solos y sus vecinos para que éstos les ayuden de forma altruista a realizar algunas de sus tareas diarias y les permitan sentirse más acompañados.

En su agenda para después de las elecciones autonómicas, Ricard Gomà quiere incluir "tan pronto como sea posible" una cita con la Generalitat, "sea cual sea el color político del próximo Gobierno catalán", para reclamar la creación del Consorcio de Servicios Sociales, la herramienta que ha de permitir el traspaso de los servicios sociales de segundo nivel (residencias de ancianos, centros de día, viviendas tuteladas, entre otros). Barcelona es el único municipio de Cataluña en el que estos servicios siguen perteneciendo a la Generalitat, aunque ésta los delega al ayuntamiento, que anualmente tienen que negociar sus presupuestos.

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