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Cataluña enchufa su reindustrialización a la producción de baterías para coches eléctricos

Dos proyectos estratégicos, en Sallent y en Mont-roig del Camp, aportan inversiones millonarias y afianzan la apuesta por reavivar con electricidad el sector automovilístico

Instalaciones de la antigua mina de potasa de Iberpotash en Sallent, clausurada en 2020.
Instalaciones de la antigua mina de potasa de Iberpotash en Sallent, clausurada en 2020. Albert Garcia

En la carrera para atraer inversiones que sitúen a Cataluña como un territorio clave para la nueva cadena de valor del vehículo eléctrico ha habido más reveses que triunfos. En el ámbito del producto final, la oportunidad que se abrió con el cierre de la antigua Nissan en la Zona Franca de Barcelona ha terminado con la llegada del fabricante de coches Chery y su alianza con Ebro para fabricar coches eléctricos, pero en el camino hubo negativas como la del fabricante Great Wall Motors y proyectos fallidos como el de QEV Technologies. Y en el ámbito de las baterías eléctricas, paso previo primordial para abastecer la demanda de los fabricantes de vehículos verdes, y que la Unión Europea considera como un objetivo estratégico, Cataluña también se ha visto adelantada: por la Comunidad Valenciana, donde el grupo Volkswagen instalará su gigafactoría de baterías en Sagunto con una inversión de 10.000 millones de euros, y por Extremadura, donde la compañía del grupo chino Envision proyecta una gigafactoría de baterías de litio, asociada a una mina de donde se extrae este material. También por Aragón, que se beneficia de la apuesta del grupo Stellantis. Con todo, Cataluña cuenta con una gran baza: la fábrica de Seat en Martorell, que ya ha empezado a electrificarse, y dos otros proyectos logran situar a Cataluña en el mapa de la electrificación de la industria de la automoción, que además revitalizan territorios un tanto olvidados: las fábricas de componentes de baterías proyectadas en Mont-roig del Camp (Tarragona) y en Sallent (Barcelona).

La Generalitat ha trabajado un plan entre varias conselleries para estimular el mercado del vehículo eléctrico en Cataluña y dinamizar la industria del automóvil sin humos. Este lunes el president Salvador Illa dará a conocer los detalles de un proyecto que contempla la electrificación de la flota de vehículos de la administración catalana, ventajas a particulares y empresas para la compra de vehículos eléctricos y una multiplicación de los puntos de recarga. Más allá de lograr reducir la emisión de gases contaminantes asociados al transporte y la movilidad, el plan se apoya en la idea que la electrificación abre la puerta a un mundo de oportunidades para la industria de la automoción.

A mediados de enero, la minera Iberpotash, filial de la compañía israelí ICL, anunció una alianza con la china Shenzhen Dynanonic para instalar una fábrica de cátodos de fosfato de hierro y litio en Cataluña. Concretamente, en las instalaciones de la antigua mina de potasa de Sallent, una planta que cerró entre protestas de los trabajadores en 2020 para transferir toda la producción a la mina de Súria. El futuro de la mina de Sallent era completamente incierto, sin visos de reindustrialización. El nuevo proyecto todavía no tiene fecha de inicio ni una estimación sobre cuántos trabajadores podrán encontrar empleo ahí, pero es visto como una gran noticia para la zona, tanto por parte de la empresa como por parte de los sindicatos y de las administraciones. “Esta inversión no lo soluciona todo, pero es un granito grande que será positivo para el conjunto de la comarca. El Bages es una comarca industrial y tenemos que creérnoslo”, apuntó el alcalde de Sallent, Oriol Ribalta, en una entrevista a un medio local.

Con una inversión de 285 millones, la Generalitat también considera estratégico este proyecto, ya que los cátodos son un componente esencial para producir baterías, junto con los ánodos, que se producirán en la fábrica de Mont-roig del Camp. En esta localidad se espera que antes del verano arranquen las obras de construcción de la planta donde la multinacional coreana Lotte Energy piensa fabricar componentes para baterías eléctricas. Se trata de un ambicioso proyecto que prevé una inversión de 600 millones de euros para levantar un complejo industrial con capacidad para producir 30.000 toneladas anuales de Elecfoil, un material vital para los motores eléctricos. El desarrollo de la fábrica ha tropezado con obstáculos de planificación urbanística, lo que ha comportado trabas administrativas para poder habilitar las 40 hectáreas de terreno que ha adquirido la compañía. Más allá de la primera factoría que Lotte prevé poner en marcha en un margen de dos años, se ha optado por hacer una generosa reserva de suelo con vistas a posibles ampliaciones de las instalaciones para poder ir adaptando la producción a las necesidades, previsiblemente crecientes, que vaya mostrando el mercado.

La planta de baterías de Mont-roig se anunció hace tres años, con la idea de que entrara en servicio durante el segundo semestre de 2025. La Generalitat lo etiquetó como un proyecto estratégico, una consideración que supuestamente debía revertir en un recorte de los plazos para poder activar las obras. Nada de ello ha evitado el retraso, por lo menos hasta 2027, del estreno de un complejo industrial que tiene capacidad para generar un potente impacto laboral: 200 puestos de trabajo en la primera fábrica, y hasta 400 más si se termina concretando el plan de la compañía, que confía en levantar hasta tres plantas en unos terrenos que quedan muy cercanos a la autopista AP7, en pleno corredor Barcelona-Valencia, y muy cerca del nudo de carreteras que conecta el puerto de Tarragona con Zaragoza.

La implantación de Lotte en Mont-roig ha causado la aparición de un incipiente movimiento de rechazo, bajo el argumento que la fábrica conlleva un agresivo impacto medioambiental, y demandará un elevado consumo de agua, en un contexto de sequía prácticamente permanente en Cataluña. “El proyecto tiene el apoyo íntegro y absoluto de la Generalitat”, ha zanjado Miquel Sàmper, conseller de Empresa. “La zona del Camp de Tarragona, que tiene un largo recorrido de desarrollo industrial de alto valor añadido con el polo químico más grande del sur de Europa, es la que atrae a gran parte de los proyectos llamados estratégicos, que son los de mayor inversión, con creación de empleo, y que fomentan el desarrollo económico, social y territorial”, ha defendido Sàmper, enmarcados en el ámbito de la industria y los servicios a la producción”.

La ubicación estratégica de Mont-roig ha sido un factor clave para lograr el aterrizaje de la multinacional coreana. Los directivos de Lotte siguen con atención el desarrollo de las obras de la gigafactoría de celdas de baterías de PowerCo (Volkswagen) en Sagunto (Valencia). El Ministerio de Industria anunció a finales del año pasado la ampliación de la subvención para la planta valenciana, que pasa de 98 millones de euros a 152 millones en el marco de las ayudas estatales para el desarrollo del Vehículo Eléctrico y Conectado. La planta vinculada a Volkswagen iniciará la producción de celdas en 2026, con capacidad para suministrar componentes para más de 500.000 vehículos.

Mont-roig se halla a 200 kilómetros de Sagunto, y a unos 250 de Zaragoza, donde el grupo automovilístico Stellantis (Opel, Peugeot, Citroen, Fiat) y el principal productor de baterías del mundo, la china CATL, han anunciado una inversión de 4.100 millones de euros para construir la mayor planta de baterías de España. El factor proximidad es uno de los elementos que pone en valor Lotte para poder dar suministro de Elecfoil a precios competitivos a sus clientes potenciales.

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