Bruselas resucita la creación de un impuesto europeo para financiar el presupuesto de la UE
El nuevo tributo se retraería de los ya existentes sin aumentar la carga fiscal
La Comisión Europea ha resucitado con más fuerza que nunca el debate sobre la creación de un impuesto europeo que pueda convertirse en el futuro en la mayor fuente de ingresos destinados a las arcas comunitarias. La comisaria de Presupuestos, la alemana Michaele Schreyer, se ha declarado firme partidaria de esa fórmula en los debates sobre las futuras perspectivas financieras que entrarán en vigor a partir de 2007. En ningún caso se trataría de aumentar la presión fiscal sobre los europeos, sino de que una parte de uno o varios impuestos ya existentes, como el del IRFP, el IVA o el de sociedades, se dedique a la UE.
El presupuesto anual de la Unión Europea, que ahora supera ligeramente los 100.000 millones de euros, se nutre de tres fuentes: un 59% procede de un porcentaje del producto nacional bruto (PNB) de cada país; un 28,8%, del Impuesto del Valor Añadido (IVA), y el resto, de derechos de aduanas. Este sistema, basado fundamentalmente en contribuciones nacionales basadas en datos estadísticos, da lugar a permanentes disputas entre Estados miembros de la Unión y, además, supone repercusiones sobre los ciudadanos que dependen del país en el que residan.
Por el contrario, un impuesto europeo basado en el impuesto de la renta de la personas físicas (IRPF) o en el de sociedades supondría unas aportaciones directamente relacionadas con los ingresos o el consumo de cada ciudadano, con independencia del país o la región en la que estén. "Ya no se pagaría más por ser alemán, sino por ser más rico", asegura el socialista español Joan Colom, vicepresidente del Parlamento Europeo y experto en cuestiones presupuestarias comunitarias.
Las dos opciones que se plantea la Comisión Europea, o una combinación de ambas, son las siguientes:
- Impuesto a partir del IVA. Sobre cada factura se señalaría, como ahora, la base del IVA aplicada, pero se especificaría aparte que un tramo, concretamente el 0,5%, se destina al impuesto europeo. Si un producto está gravado con el 16% se indicará, por tanto, que el 15,5% está destinado al Estado y el 0,5% a la Unión Europea. La mayor ventaja de esta fórmula reside en que el IVA es un impuesto ya bastante armonizado en Europa, aunque no totalmente, con lo que la carga se repartiría de forma equitativa.
- Impuesto a partir del PNB. En este caso, la aportación anual que hace cada Estado a la Unión Europea por porcentaje de su PNB (3.430 millones de euros en el caso de España el año pasado) se repartiría entre varios impuestos como el IRPF, el de sociedades, especiales, energéticos, patrimonio... Cada Estado podría elegir de cuál de esos impuestos detraería una parte para la UE y lo especificará en cada caso. "Con un impuesto europeo que rondara el 2% de la base imponible del IRPF se recaudaría el 60% del presupuesto comunitario", dice el eurodiputado Colom y corroboran fuentes de la Comisión Europea.
"La motivación para plantear ese impuesto es fundamentalmente política, porque acercaría más la UE a los ciudadanos europeos. Cada europeo sabría cuál es su aportación personal al presupuesto comunitario", argumentan las fuenets consultadas de la Comisión, para añadir que se trata de una fórmula mucho más equitativa que la actual, porque pagará a la Unión más quien más tenga y no quien viva en un país más rico aunque tenga escasos ingresos.
Cuarto impuesto
Bruselas aduce también que, en el camino de la construcción europea hacia instituciones y fórmulas supranacionales, debe llegar el momento en que a los tres niveles impositivos actuales (estatal, regional y local) se añade un cuarto: el europeo.
La posibilidad de crear ese impuesto europeo ha sido planteada en varias ocasiones en los últimos años, pero nunca ha tenido suficientes apoyos. Ahora, la comisaria Schreyer quiere incluirla en la propuesta que en las próximas semanas presentará el Ejecutivo comunitario para esas futuras perspectivas financieras. Alemania, Italia, Bélgica y Luxemburgo también se han manifestado a favor.
"Lo lógico es que se plantee ahora, pero fijando su entrada en vigor varios años después para dar tiempo a los Estados a prepararse", señalan en Bruselas. Para hacerlo, añaden, "no es necesario modificar el Tratado de la UE". En el horizonte de este debate que abre ahora la Comisión Europea está el periodo presupuestario que va desde 2007 a 2013 y la ampliación de la UE, pero dado el calibre de la propuesta necesitará muchos años para alcanzar o no un acuerdo.
Pese a las aparentes ventajas del impuesto europeo, las reticencias han sido considerables. En julio de 2001, y durante una reunión del Consejo de Economía y Finanzas (Ecofin), los ministros debatieron la cuestión y sólo los mencionados países se mostraron a favor. "El último intento similar en Europa costó una guerra de 80 años", llegó a decir entonces el ministro holandés Gerrit Zalm. "De las múltiples manifestaciones que se celebran bajo la ventana de mi despacho, hay pocas a favor de un impuesto europeo", ironizó Laurent Fabius, entones ministro francés de Finanzas.
Reino Unido, Suecia y Dinamarca también rechazaron la opción, mientras el español Rodrigo Rato mantuvo, como repiten fuentes españolas, que seguramente "aún no ha llegado el momento" de poner en práctica la iniciativa.
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