Algo para no recordar

Dirigida por Leo McCarey en 1957, Tú y yo es una mítica película de la que siempre se dice que encanta a las mujeres y que es considerada por los hombres como un culebrón. Falso. Es una gran historia y basta. Se ve que la francesa Tonie Marshall es otra fanática, aunque lo que no está tan claro es que haya sabido asimilarla.

En Lo más cercano al cielo, la directora rememora distintas secuencias (enteritas) para ilustrar la obsesión de una señora por el filme de McCarey. Sin embargo, el romanticismo de Tú y yo contrasta con momentos de su película tan poco sutiles como el de la protagonista observando en un bar de carretera a un macarra que le chupa a una chica un dedo (o más bien varios), o la de William Hurt metiéndole mano a Catherine Deneuve por debajo de la falda, a bocajarro y en plena barra de un café. Aquí, romanticismo, el justo.

Marshall utiliza de nuevo para resolver la trama la famosa cita en el Empire State de Tú y yo, idea nada original ya que Nora Ephron también la empleó en la notable y más cercana en espíritu Algo para recordar (1993).

Así, Lo más cercano al cielo nunca encuentra el tono y deambula entre la comedia costumbrista y el drama existencial, sin que la estimulante presencia de Hurt y su inquietante tristeza salven el panorama.