Los escritores andaluces piden cambios en el sistema de ayudas públicas a la edición
El editor Rogelio Delgado califica de "injusto" el reparto de subvenciones
Los 400.000 euros de ayudas públicas que recibe el sector del libro andaluz son escasos y "están mal repartidos". El editor Rogelio Delgado pidió ayer en el Congreso de Escritores Españoles un cambio en el sistema de ayuda a la edición, que calificó de "incompleto" y "mal diseñado". Varios escritores se sumaron a su propuesta porque, aseguraron, las ayudas actuales no resultan eficaces para fomentar la cultura sino para favorecer el negocio de una minoría.
El sector del libro de Bélgica, "un país con una población similar a Andalucía", recibe diez veces más de ayudas públicas que el andaluz, apuntó Rogelio Delgado, propietario de la editorial sevillana RD. Pero según Delgado, además de ser escasas, las subvenciones son "injustas" porque "tratan igual a los desiguales". "Los problemas de mi editorial local no son los mismos que los de los grandes grupos", subrayó Delgado, quien también advirtió de que el exceso de publicaciones que edita directamente la Junta "ahoga a las pequeñas editoras".
El sistema de ayudas a la edición está también "mal diseñado" según dejaron entrever algunos de los presentes, que pidieron que en la comisión que decide las subvenciones no estén representados los impresores ni los distribuidores, que, según Delgado, hacen un trabajo "logístico", pero no pertenecen al sector del libro.
En el coloquio posterior a su ponencia, el editor puso como ejemplo a Noruega, donde las ayudas públicas no son para editar un libro, sino que el Estado compra 300 ejemplares de todo lo que se edita y lo destina a las bibliotecas. "Así sí que se fomenta la lectura", aseguró.
En Andalucía, apuntó Delgado, el pasado año, las ayudas sólo fueron a parar a 35 de las más de 300 editoriales de la comunidad. "Dos grupos se reparten el 30% de las ayudas, y entre 10 o 12 tienen el 50%", lamentó el editor, para quien el sector del libro es "ineficiente" porque las dos piezas clave del mismo, escritor y editor, sólo se llevan el 30% de los ingresos.
Según los datos del propietario de RD, el autor se queda, "en el mejor de los casos", con alrededor del 10%; el distribuidor y el vendedor se reparten el 50; y la imprenta y el editor se quedan con un 20% cada uno.
Delgado mostró cierto optimismo por la aparición de nuevas fórmulas que van a "cambiar" la comercialización de la literatura y a reducir los riesgos de las pequeñas editoriales. Su empresa, explicó, ya está incluida en algunos catálogos digitales de "producción bajo demanda", que consiste en editar los ejemplares digitalmente uno a uno a medida que se van vendiendo. "Pero esto no soluciona la vida de una editorial pequeña", apuntó Delgado, quien dijo que, para sobrevivir ante los grandes grupos, a la mayoría le es más rentable dedicarse a las traducciones de textos extranjeros. Según el editor, resulta más barato comprar los derechos de un autor contrastado para traducir su obra, que pagar los costes de anticipo que piden los escritores.
En las sesiones sobre Andalucía y Creación Literaria que ayer acogió el congreso de escritores participó también la poetisa Juana Castro, quien repasó la historia de la poesía andaluza escrita por mujeres, una realidad "riquísima" pero "relegada".
Castro recordó que actualmente conviven cuatro generaciones de mujeres poetas, desde la reciente premio Nacional de Literatura, Julia Uceda, a la cordobesa Elena Medel, de 18 años. La poesía, por trabajar y experimentar con el lenguaje, explicó Castro, es un género literario que va por delante de los demás, "y las mujeres han incorporado formas y temáticas que hasta han cuestionado el sentido mismo de lo que hasta ahora hemos considerado poesía"
La escritora Rosa Díaz, por su parte, habló también de los "grandes desconocidos" de la literatura andaluza, pero en vez de centrarse sólo en las mujeres, quiso referirse a los "mal editados". Según Díaz, la imposibilidad de muchos escritores de contar con el apoyo de una buena edición les ha dejado "marginados" y caso "inéditos". La escritora volvió a referirse a Julia Uceda, de la que dijo, tras años olvidada, sólo se le han podido reconocer sus méritos cuando ha contado con el apoyo de una editorial "que la ha puesto en el escaparate".
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