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200 empleados de Exteriores se quejan de la persistencia de gases nocivos

Unos dos centenares de funcionarios y personal contratado del ministerio de Asuntos Exteriores se manifestaron a media mañana de ayer en el patio del edificio de la plaza del Marqués de Salamanca, para protestar por la contaminación por gas naftaleno allí persistente.Con carteles donde se leía Gaseados, No a la contaminación y otros lemas similares, los manifestantes, en su mayoría mujeres, mantuvieron media hora su protesta congregados en el jardín de acceso del edificio, construido en los años 40.

En la edificación del palacete, de piedra y ladrillo, fueron empleados hace cuarenta años breas y naftalenos para el revestimiento y aislamiento de sus terrazas. A ulteriores emanaciones de estos materiales, intensamente odoríferos, se achacan los problemas en vías respiratorias, así como alergias, cefaleas, erupciones capilares, enrojecimiento de ojos, naúseas y, a veces, vómitos, de 160 de los 1.200 funcionarios que trabajan ahí y que pidieron ser examinados por médicos.

Ana de Palacio, ministra de Asuntos Exteriores, atribuyó por su parte a la existencia de bolsas residuales de gas naftaleno en el interior del palacete la causa de la persistencia de síntomas y dolencias entre estos funcionarios, pese a las obras de saneamiento realizadas por orden suya en las dependencias más afectadas, que coinciden con las más cercanas a la terraza de la tercera planta. La ministra, en reunión con representantes sindicales del ministerio, explicó que un segundo informe encargado por ella al Instituto Eduardo Torroja, de Investigación de Materiales de Construcción, así lo sugería.

Estudios distintos

La Oficina de Información Diplomática destacó la realización de hasta cinco estudios distintos para conocer la causa del problema, reiteró "el compromiso de la titular del departamento en resolverlo urgentemente" y resaltó la necesidad de las medidas ya adoptadas.

Según había denunciado Mariano Terrón, portavoz de CC OO en Asuntos Exteriores, "uno de cada diez funcionarios que trabajan el edificio ha sufrido estas dolencias". Una compañera suya agregaba: "Tres embarazadas ya han sido desplazadas a otros edificios y a ello hay que añadir el traslado de una diplomática hace un año".

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El portavoz sindical remarcó: "Los trabajadores denunciamos la contaminación hace tres años; hace dos, las autoridades del ministerio la admitieron y sanearon las dependencias de la planta más afectada; tras la dispersión de algunos funcionarios a otras sedes cercanas y la clausura parcial de la planta concernida", apuntó Terrón, "de manera inesperada, los mismos síntomas han aflorado en otras zonas y plantas del edificio".

Los manifestantes anunciaron que mantendrán semanalmente su protesta hasta que el edificio, que consideran enfermo, sea clausurado o queden erradicadas las causas de las dolencias que padecen. "Hay una cosa incontestable", dice el portavoz sindical: "Cuando el personal es trasladado de aquí, malestar y síntomas desaparecen".

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