Críticos con Sharon
El derecho de crítica a la política de un Gobierno, propio o extranjero, es un pilar de las sociedades democráticas. Ese derecho es el que han ejercido los europeos sondeados en el Eurobarómetro respecto a Israel, que en un 59% lo consideran como el primer peligro para la paz del mundo. De las respuestas de los encuestados, que reflejan un estado de opinión hacia la política de Sharon y su Gobierno, no se deduce ni que la compartan los Gobiernos e instituciones de la Unión Europea ni que exista una mayoritaria corriente de antisemitismo en este continente. Tampoco que Europa deba seguir siendo marginada de un proceso de paz totalmente empantanado.
Las autoridades de Israel, un país que se precia de ser un oasis de democracia en Oriente Próximo, no deberían efectuar acusaciones genéricas a raíz de una encuesta. Más bien deberían analizar el porqué de esa opinión, a la que no son ajenos los más de 100.000 israelíes que se manifestaron el sábado en Tel Aviv contra Sharon y a favor de la reapertura del proceso de paz, y no tan lejana de la del teniente general Moshe Yaalon, jefe del Estado Mayor, que denuncia la política belicista de su primer ministro, asegurando que sólo beneficia a los "terroristas".
A los encuestados no se les pidió una opinión genérica sobre los judíos -hacerlo hubiera sido atizar de modo repugnante e inadmisible el antisemitismo-, sino que se pronunciaran sobre la relación entre la paz mundial y una serie de Estados, entre los que se incluía a EE UU, también malparado, un amplio paquete de países árabes y musulmanes, Rusia, China y la propia Unión Europea. No había sesgo en la pregunta. Si Palestina no aparece es porque no existe como Estado. Y tampoco hay organizaciones terroristas y mafias porque la lista no versa sobre ellas, aunque quizá sea oportuno incluirlas en próximos Eurobarómetros.
Confundir las críticas políticas al Gobierno israelí con el antisemitismo es demagógico. El antisemitismo -la satanización de todo un pueblo, una cultura, una religión y una tradición, el judaísmo- existe y debe ser combatido allí donde aparece, en la ultraderecha europea y en su expansión por el mundo árabe y musulmán. Como debe serlo la islamofobia. Pero lo que expresa el Eurobarómetro es la inquietud por las repercusiones en la paz, estabilidad y seguridad de las agresivas políticas de Sharon: la construcción de un muro, la colonización de los territorios palestinos, los asesinatos selectivos, las muertes que causan entre los civiles árabes las operaciones de Tsahal y la miseria en la que viven los supervivientes, el cerco a Arafat y la poca voluntad para relanzar un proceso de paz que concluya en un Estado palestino.
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