Maragall abomina en Madrid del enfrentamiento entre "separadores y separatistas"
El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, expuso ayer en Madrid su programa de cambio para Cataluña, que él concibe como un primer paso para sentar las bases de una "España plural" que ponga fin a los históricos conflictos territoriales, incluido el vasco. "El cambio en Cataluña es también una oportunidad para superar la moral pesimista entre separadores y separatistas", proclamó.
Maragall hizo ayer un gesto "premonitorio" de lo que serán las relaciones entre Cataluña y el resto de España si, como pretende, el cambio se impone en las elecciones autonómicas del próximo día 16 y abre una nueva etapa tras 23 años de Gobierno nacionalista: viajó a Madrid, en plena campaña electoral, para dialogar con periodistas e intelectuales, invitado por la Fundación Alternativas, para repetir en Madrid exactamente lo mismo que dice en Barcelona, expresarse directamente sin el filtro de la "visión aznarista" de sus palabras -que presenta al líder del PSC como un nacionalista- y subrayar que aspira a una relación "fraternal" entre Cataluña y el resto de España. Un diálogo que, según apuntó, se iniciará al día siguiente de ser eventualmente investido presidente de la Generalitat con una visita a los presidentes de la Comunidad Valenciana y de Murcia para limar las asperezas provocadas a cuenta del Plan Hidrológico Nacional (PHN).
"El puente de mando"
Arropado por destacados dirigentes del PSOE -entre otros, la portavoz, Carme Chacón; el secretario de Organización, José Blanco; el responsable de política autonómica, Juan Fernando López Aguilar, y el ex secretario general Joaquín Almunia-, Maragall subrayó que lo que está en juego ahora en Cataluña es también una "oportunidad" para que España "proyecte un futuro compartido" que supere la dinámica actual, a su juicio demasiado condicionada por "separadores y separatistas".
Los separadores, según él, son los nacionalistas españoles que basan su política en la búsqueda del enfrentamiento. Los separatistas serían los nacionalistas -vascos o catalanes-, que renuncian a implicarse en España y miran hacia un horizonte fuera del Estado. Y en medio, como elemento de transformación de España pero también de renovación profunda de la voz catalana, está la propuesta del PSC, que aspira a estar "en el puente de mando" de España.
Para superar la tensa situación actual, Maragall apuesta por la reforma de la Constitución, entendida más como una puesta el día hacia nuevas realidades no previstas en 1979 -la Unión Europea, el Estado autonómico, etcétera- que como una vindicación relacionada con el nacionalismo. El centro de la reforma deberán ser a su juicio los cambios en el Senado, en la línea del pacto de todos los socialistas españoles sellado en Santillana del Mar (Cantabria).
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