¿Qué liberación?

Las feministas sabemos que nuestro discurso ha sido tergiversado a lo largo de la historia, sobre todo por los poderes públicos, pero también por los medios de comunicación; somos conscientes de que muchas veces no hemos sabido comunicar a la sociedad con claridad nuestro mensaje, pero creíamos que había quedado meridianamente claro que los concursos de belleza no sólo no contribuyen a una mayor igualdad entre hombres y mujeres, sino que refuerzan el papel de objeto sexual que históricamente se ha asignado a las mujeres.

Hemos luchado contra la obligación de utilizar el burka en Afganistán, y seguimos luchando para que las mujeres de aquel país accedan a la educación y al empleo sin discriminación, algo que, desgraciadamente, están muy lejos de conseguir.

Por ello, resulta una auténtica ofensa que algunos medios de comunicación hayan celebrado con alborozo la elección de Miss Afganistán, poniendo el acento en lo que eso supone de liberación para las mujeres afganas.

¿Qué liberación supone ese hecho para las miles y miles de mujeres a quienes apenas alcanza para sobrevivir? ¿Qué liberación para quienes no pueden acceder a la educación y no pueden ejercer su profesión?

Sean un poco más serios, señores periodistas, y analicen los hechos en profundidad, sin quedarse en la mera anécdota, sobre todo si esa anécdota no sólo no supone un cambio a mejor, sino que refuerza las teorías más rancias sobre las mujeres.