Sharon anuncia la reapertura del diálogo con los palestinos
El jefe del Estado Mayor de Israel critica la política belicista del primer ministro
Espoleado por sectores influyentes del Ejército, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, se ha visto obligado a abandonar momentáneamente las tácticas bélicas y anunciar la reapertura de un diálogo con los palestinos. El ministro de Defensa, Saúl Mofaz, se reunirá la próxima semana con representantes de la Autoridad Palestina, en lo que podría ser el principio de una nueva etapa de diálogo en el conflicto israelo-palestino, tras cerca de cuatro meses de silencio e incomunicación.
"Creo que estamos al borde de una nueva oportunidad para encontrar el camino que nos conduzca a la tranquilidad y la paz", anunció el jueves por la noche Sharon, al tiempo que desvelaba que en los últimos días se habían reanudado contactos con representantes de la Autoridad Palestina, en aras a establecer el diálogo.
El anuncio de Sharon fue confirmado ayer por portavoces del Gobierno palestino, quienes a través del secretario de la presidencia de Ramala, Nabil Abu Rudeina, aseguraba efectivamente que se habían estado estableciendo contactos en los últimos días, aunque a "muy bajo nivel", con la finalidad de establecer un canal más serio y sólido de negociaciones.
El mensaje de Sharon afirmando su intención de dialogar con los palestinos ha sido acogido, sin embargo, con escepticismo. Nadie olvida que el propio primer ministro pronunció hace 10 días ante el Parlamento de Jerusalén una frase similar, mientras los helicópteros de combate Apache y los F-16 llevaban a término cinco operaciones sobre Gaza, matando a 13 palestinos, la mayor parte civiles, e hiriendo a más de 100 personas.
El mensaje de Sharon, sin embargo, aunque no sea creíble, supone un cambio de actitud importante por parte del primer ministro, que hasta ahora rechazaba cualquier tipo de contacto con el jefe de Gobierno palestino, Ahmed Qurei -Abu Alá-, por considerarlo un "títere" en manos del presidente Yasir Arafat y había anunciado que no hablaría con él mientras la mano del anciano presidente apareciera entre bastidores.
El giro inesperado de Sharon es el resultado de las presiones de determinados sectores del Ejército, encabezados por el jefe del Estado Mayor, el teniente general Moshe Yaalon, que hace tres días manifestó sus críticas con respecto a la política belicista de Sharon y aseguró que la estrategia de cierres, asedios y represión sólo beneficiaba a los "terroristas". Yaalon, número dos del Ejército detrás del ministro de Defensa, abogó a favor de que se levantaran las restricciones de los palestinos y de la reapertura de los canales diplomáticos.
Las palabras del teniente general Yaalon, un conocido halcón que reiteradamente ha venido preconizando mano dura con los palestinos, abrieron una profunda polémica en el Gobierno. Mientras Sharon y su ministro de Defensa, Saúl Mofaz, le exigían una rectificación pública, el viceprimer ministro y responsable de Justicia, Tomy Lapid, líder del partido Sinuhi, se sumaba a las críticas de Yaalon y pedía la reapertura de un diálogo con los palestinos.
Pero, sobre todo, las palabras de Yaalon han supuesto un aldabonazo en el seno del Ejército, que hace cerca de un mes ya se vio sacudido por una polémica similar, cuando un grupo de 27 pilotos, capitaneados por un héroe nacional, el general de brigada Yiftah Spector, se manifestaba en contra de los bombardeos "no selectivos" de la población civil y criticaba la política de ocupación a ultranza.
Paradójicamente, el anuncio de Sharon coincide con los preparativos del octavo aniversario del asesinato del primer ministro Isaac Rabin por los disparos de un extremista judío, y las milicias radicales y fascistas del partido Kach, que propugnan la expulsión de los árabes a los países vecinos, llenaban con frases insultantes la placa conmemorativa de Rabin en Tel Aviv.
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