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Monteserín estudia paralizar la recalificación del suelo de Abengoa por su venta a la familia Benjumea

La empresa defiende la legalidad del traspaso del terreno a sus accionistas mayoritarios

El Ayuntamiento de Sevilla dejó ayer en suspenso la mayor operación urbanística diseñada por el actual equipo municipal (PSOE-IU) en estos primeros cinco meses de gobierno. El concejal de Urbanismo, Emilio Carrillo, indicó que estudia paralizar la recalificación de 41.000 metros cuadrados ocupados por filiales de Abengoa, una parcela incluida en el proyecto de reordenación de 300.000 metros cuadrados (más de la mitad corresponde a la fábrica de Cruzcampo-Heineken) en el noreste de la ciudad. Carrillo quiere aclarar ahora las razones que llevaron a Abengoa hace un año a vender ese terreno a la sociedad patrimonial de sus accionistas mayoritarios, la familia Benjumea.

El concejal de Urbanismo concretó hace apenas dos días el proyecto de reordenación de 300.000 metros cuadrados que poseen seis empresas en el barrio de Nervión. La idea del gobierno que preside el Alfredo Sánchez Monteseirín era aprovechar el cambio de sede de las dos principales firmas ubicadas en la parcela (Heineken y Abengoa) para permitir la construcción de 2.391 viviendas y destinar 200.000 metros cuadrados a zonas verdes y equipamientos públicos. El Ayuntamiento, además, daba por buenos los beneficios que lograrían ambas empresas por el cambio de uso del suelo como compensación a la inversión que Heineken y Abengoa deben afrontar para poner en pie nuevas instalaciones en la ciudad.

Carrillo manifestó ayer sus dudas sobre la operación tras una información publicada por Diario de Sevilla, en la que recordaba que los suelos que se quiere recalificar a Abengoa pertenecen desde hace casi un año a una filial de Inversión Corporativa, sociedad que reúne los activos patrimoniales de la familia Benjumea; a través de Inversión Corporativa, por ejemplo, la familia Benjumea posee el 56% de Abengoa, lo que les convierte en sus accionistas mayoritarios.

Abengoa vendió estos terrenos por 28,8 millones de euros a sus accionistas mayoritarios en diciembre de 2002, apenas cinco días antes de que el Ayuntamiento de Sevilla aprobase el avance del PGOU, en el que se permitían actividades terciarias (oficinas, comercios) en la parcela que ocupa Abengoa, que ya entonces había comunicado su intención de trasladar la sede. Pero unos meses después, la decisión de Heineken de mover también la ubicación de su fábrica, colindante con los terrenos de Abengoa, permitió al gobierno municipal hacer una reordenación más ambiciosa en 300.000 metros cuadrados. Y más lucrativa para las empresas.

Carrillo recalcó ayer que esa reordenación se justifica por el "contenido productivo" del traslado de Abengoa y Heineken. "El Ayuntamiento no permitirá ninguna operación que tenga consecuencias de índole especulativo", dijo a Europa Press el concejal de Urbanismo, quien aseguró que durante este tiempo los contactos "siempre han sido con Abengoa".

Fuentes de la empresa defendieron la legalidad de la operación y recordaron que fue una venta pública, comunicada a la CNMV, por lo que mostraron su extrañeza por el desconocimiento que adujo ayer el Ayuntamiento. Estas mismas fuentes negaron que la operación fuera especulativa en beneficio de los Benjumea y sostuvieron que el precio de venta que tuvieron que pagar se fijó "como media de tres tasaciones independientes", en las que se tuvo en cuenta "una posible revalorización de los terrenos". Las fuentes recordaron que Abengoa en la operación registró un beneficio de 25,2 millones de euros y aseguraron que si otra empresa hubiese puesto más dinero habría sido la adjudicataria de la parcela, aunque no concretaron cómo se llegó a la decisión de vender el suelo a los accionistas mayoritarios, operación "respaldada" por los órganos de gobierno de Abengoa.

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