La estación quedó desorientada por culpa de un botón
El regreso fue ayer rápido. Tras cargar la cápsula Soyuz con todos los equipos que tenían que traer a la Tierra, los tres astronautas se pusieron sus escafandras, se acomodaron en la cápsula y cerraron las compuertas.
Fue entonces cuando se produjo un curioso incidente. La estación espacial perdió su orientación 25 grados debido al encendido, por error, de los motores de la Soyuz, según explicó en Moscú horas después Valeri Riumin, del consorcio ruso Energuia. Los motores sólo pueden encenderse, explicó Riumin, si alguno de los tripulantes "levanta la tapa que cubre los dos botones que hay que presionar para que ello ocurra". La investigación de quién pudo incurrir en el error se dejó para más adelante porque ayer no era momento de interrogatorios.
El incidente obligó, según Riumin, a "gastar cierta cantidad de combustible tanto de la estación espacial como de la Soyuz". Otros técnicos, sin embargo, restaron importancia al incidente.
El comandante Malenchenko fue el responsable de apretar, esta vez correctamente, el botón de soltar amarras -en realidad enganches y sujeciones- y unos muelles dieron el empujón inicial a la Soyuz para alejarla de la ISS.
Unos seis minutos después, cuando la nave estaba a 20 metros de la estación, los astronautas encendieron los pequeños motores de la nave durante 15 segundos para frenar un poco. Dos horas y media más tarde la Soyuz se había alejado ya casi 20 kilómetros y se encendieron de nuevo los motores para frenar y reducir la altura de la órbita.
Una hora antes del aterrizaje, a unos 200 kilómetros de altura sobre la Tierra, la nave se dividió en tres partes: el módulo de instrumentos y el módulo orbital se separaron y siguieron su camino hasta quemarse al reentrar en la atmósfera, mientras que la cápsula, con los tres astronautas, siguió la trayectoria de regreso, protegida por un escudo térmico.
La reentrada se produjo a una altura de 120 kilómetros, al llegar a las capas altas de la atmósfera. Los tres astronautas sobrevolaron Suramérica en dirección hacia la estepa de Kazajstán pasando por encima del Atlántico. Es un recorrido abrasador, por la fricción de la cápsula con el aire. La velocidad de la Soyuz se reduce drásticamente y los astronautas son aplastados contra sus asientos: sienten cuatro o cinco veces la fuerza de gravedad en la Tierra.
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