Los damnificados de la Alcaicería
Un grupo de sevillanos de hecho y adopción nos sentimos mal desde que la incompetencia burocrática (renovación de licencia) de los regidores del pub de la Alcaicería motivaron el cierre del mismo. Ahora que está de moda reivindicar sitios con solera, quién no ha estado en una ocasión en ese emblemático pub del centro de Sevilla. Quién no ha hablado de la buena música del Alcaicería...
Como uno más de los nuevos exiliados de la separación o el divorcio al centro, reclamo a quién proceda la apertura del pub. Quizá es cierto que le hacía falta algo de restauración en sus lavabos, o que la insonorización no era la adecuada, pero hurtarnos a nosotros (sin género) los descarriados ese espacio vital es lamentable.
En los inicios de este siglo y a finales del otro, la gente no se reúne en casinos, peñas o casas de hermandad, la gente se reúne en pubs o bares de copas. Allí se controla y se da al ojo, porque a otra cosa ni hablar, y, sobre todo, uno tiene un espacio con mucha polución de humo y buena música. Me gustaría, desde esta tribuna, reivindicar este sitio, que a muchos habitantes y transeúntes del centro de Sevilla nos proponía con buena música un lugar de encuentro, cita o intercambio de miradas.
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