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Los laboratorios de genéricos advierten de que el 30% cerrará por la rebaja de precios

Sanidad asegura que no hacen falta 47 fabricantes, sino unos pocos más "competitivos"

El ahorro que busca el Ministerio de Sanidad con la orden que rebaja los precios de referencia de más de 2.000 medicamentos, publicada anteayer, puede suponer el cierre del 30% de los laboratorios de genéricos (medicamentos con la patente vencida), según la patronal del sector, Aeseg. Estas empresas soportarán el mayor impacto de la medida, con una caída del 23% de los ingresos, según el Colegio de Farmacéuticos de Valencia. El subsecretario de Sanidad, Pablo Vázquez, ha dicho que no son necesarios "47 laboratorios de genéricos, sino unos pocos pero competitivos".

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Los fabricantes de medicamentos genéricos calculan que la rebaja de los precios decidida por el Ministerio de Sanidad puede provocar el cierre del 30% de las empresas del sector, la pérdida de un millar de puestos de trabajo y el desabastecimiento del mercado. "Además, el efecto de ahorro en el gasto farmacéutico desaparecerá en seis meses", afirman en Aeseg (Asociación Española de Fabricantes de Sustancias y Especialidades Farmacéuticas Genéricas), la patronal de productores de estos medicamentos. La nueva orden ministerial fija los precios de referencia (el máximo subvencionado por la sanidad pública) y reduce la tarifa de 2.070 especialidades (el 20% de los fármacos, concretamente aquellos que tienen genéricos para cuya fabricación no es preciso pagar patente).

Los primeros genéricos fueron autorizados en España en 1997. Actualmente hay más de 1.600 presentaciones aprobadas, fabricadas por 78 laboratorios, 47 de ellos dedicados sólo a estos productos, según datos del Ministerio de Sanidad. De esas industrias, una parte importante (más de la mitad) son españolas. Desde su introducción, los sucesivos ministros de Sanidad han afirmado que confiaban en los genéricos como una herramienta para controlar el crecimiento de la factura farmacéutica. La última vez fue el pasado martes, cuando la ministra Ana Pastor declaró que esperaba que cubrieran el 40% del mercado, como en otros países europeos.

Pero según los últimos datos del sector, sólo el 5% de la factura en medicamentos del Sistema Nacional de Salud corresponde a genéricos. En el total del mercado (incluidas las medicinas que el Estado no subvenciona) la cuota de mercado está en menos del 4%. Y su futuro no es alentador. El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valencia, Javier Climent, fue tajante ya antes de que se publicara la rebaja. "Con la orden se machaca a los genéricos", dijo.

Enmiendas rechazadas

El temor por el efecto de la nueva orden de precios de referencia (el máximo por encima del cual el Estado no subvenciona los medicamentos que se recetan) en los fabricantes de genéricos ha sido transmitida al ministerio. Pero Sanidad sólo ha aceptado fijar un mínimo de tres euros para todos los precios de referencia y ha rechazado el resto de las sugerencias, incluso después del pronunciamiento en contra del Consejo Económico y Social.

La orden pretende frenar el crecimiento de la factura farmacéutica, que este año está cerca del 11% (el año pasado fue del 9,5%). "No puede implantarse un recorte tan grande de precios y a la vez pretender que los genéricos se desarrollen", ha declarado José Zamarriego, director general de Aeseg.

Además, la orden "discrimina" a los genéricos, afirma Climent. Cuando un médico receta un producto cuyo precio está por encima del máximo de referencia, la nueva reglamentación establece que el farmacéutico debe sustituirlo por el genérico de menor precio. Con ello se consigue que se venda el producto más barato, con el consiguiente ahorro para las arcas del Estado, que paga como mínimo el 60% de importe de los medicamentos que recetan los médicos de atención primaria.

El problema está en que puede que el farmacéutico no tenga el fármaco más barato, o que su fabricante no pueda suministrarlo (una de las críticas de los laboratorios de genéricos es que el ministerio no ha tenido en cuenta su capacidad para garantizar el abastecimiento al establecer la lista de productos sustitutivos). En estos casos, la norma dice que el paciente debe llevarse el medicamento recetado pagando sólo el precio de referencia, en lugar de llevarse cualquier otro bioequivalente más barato, lo que aumentaría el ahorro.

Contraproducente

Según varios expertos, el error del ministerio es que el sistema de precios de referencia tiene un efecto a largo plazo pernicioso sobre los genéricos (tradicionalmente con menores precios y márgenes). La excepción a este efecto nocivo sobre los genéricos se produce cuando su consumo está muy extendido. "El mercado español no comparte dos características principales de los países pioneros en introducir un sistema de precios de referencia: tener altos precios de los medicamentos y un mercado bien desarrollado de genéricos", afirma el especialista en Economía de la Salud de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona Jaume Puig-Junoy. "Pese a ello, la introducción de precios de referencia ha sido presentada políticamente como una medida para incentivar el mercado de genéricos, sin tener en cuenta el hecho de que el resultado final podía ser el contrario", añade Puig-Junoy en un artículo publicado en la revista Health Policy, y que las autoridades sanitarias conocen por ser una fuente que utilizan para afirmar que España es el segundo país del mundo, después de EE UU, con mayor consumo de medicamentos nuevos (de menos de cinco años y más caros).

"El problema de la pérdida de ventas se concentra, además, en unas cuantas empresas, muchas de ellas españolas", afirma Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, patronal de la que también forman parte numerosos laboratorios. "Estamos dispuestos a colaborar en el control de la factura farmacéutica, pero no debemos soportar todos los esfuerzos. Pedimos que Sanidad nos dé un tiempo para adaptarnos. La industria farmacéutica es la segunda que más invierte en investigación (un 12,6% de su facturación) y ese esfuerzo puede perderse", advierte Arnés.

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