"Tenemos que cambiar el chip"

Miguel Polo desarbola con una vitalidad contagiosa a todos aquellos estudiantes y licenciados de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte que sólo ven pegas y barreras a su carrera. Y como estos últimos son legión, conviene escuchar a este joven nacido en La Vila Joiosa hace 26 años y titulado por la Universitat de València. Por una razón: porque derrocha energía y entusiasmo. Antes y ahora, que ya es funcionario: aprobó unas oposiciones, convocadas por la Universidad Politécnica, el pasado junio.

"Cuando terminas la carrera", afirma Polo, "tienes dos opciones: quejarte y enfrentarte a todos, o afrontar la situación. Cuando salimos de la burbuja de la docencia topas con la realidad. Hace años, cualquiera que terminara la carrera de Educación Física estaba abocado a la docencia, a aprobar unas oposiciones y empezar a dar clases de gimnasia en un colegio. Pero ya no es así". Polo presenta diversas alternativas: "Hay que cambiar el chip. Hoy día puedes dedicarte a la gestión deportiva, a la preparación física, a la investigación, el ocio y el turismo, la docencia e incluso la iniciativa privada. Crear tu propia empresa y contratar a tus monitores".

En este sentido, Miguel Polo opina que el planteamiento de muchos estudiantes y licenciados sobre el intrusismo es erróneo. "Yo no he estudiado cinco años para ser monitor de natación. No es éste el que me quita el puesto de trabajo ni el que me hace la competencia. Cada uno tiene un ámbito de actuación. No acepto la idea de que tenemos que luchar contra los monitores. El planteamiento es erróneo. Lo que sí es cierto es que es necesaria una regulación laboral, que cada uno sepa cuál es su campo", considera Polo, quien durante los últimos años ha desempeñado numerosas tareas y complementado sus estudios con diferentes cursos: colaboró con la Federación de Triatlón de la Comunidad Valenciana, preparó al grupo de triatletas de la Universitat, hizo el curso de entrenador superior de triatlón y natación, fue durante un tiempo el responsable del grupo de triatlón de los planes de especialización deportiva de la Dirección General de Deportes del Consell, se sacó el título de entrenador nacional de atletismo y estudió un master de dirección y organizaciones e instalaciones deportivas en la Politécnica de Madrid.

"Siempre ha creído en mi licenciatura y en mi profesión", asegura Polo; "hay que tomarse la profesión en serio. Yo estaba seguro de que me tenía que servir, de que la carrera me aportaba las herramientas básicas para luego valerme en el ámbito del deporte. Luego todo depende del hambre de conocimientos que tengas y de tus inquietudes. Esta es una carrera que abarca muchos campos: biomecánica, estadística, fisiología, psicología, didáctica, anatomía, administración de empresas...". Sobre el atractivo de la licenciatura, Polo es claro: "Como las plazas son limitadas, el nivel de comunicación es muy alto. Aprendes y profundizas más en todas las materias y aspectos".

Optimista e inquieto por naturaleza, Miguel Polo cuenta que se enganchó al ciclismo "a rebufo de los éxitos de Induráin". Luego llegaría el triatlón, porque le gustaban las tres especialidades: natación, ciclismo y carrera a pie. Cualquier estudiante de Educación Física que hable con él encontrará argumentos que le convencerán para afrontar el futuro con optimismo.