"Una economía basada en un solo producto es un riesgo"

Lydia Rojas es ejemplo acabado de la generación política nacida en democracia que empieza a acceder a puestos de responsabilidad en la gestión pública. Con 27 años, esta licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad de León ha entrado en política por la puerta grande, como alcaldesa de Haro (La Rioja) , en la candidatura del PSOE. Los apoyos de Izquierda Unida y del Partido Riojano le han permitido desbancar al hasta ahora hegemónico Partido Popular, que se había mantenido en el poder durante 16 años. La cuestión es: ¿Buscan los nuevos alcaldes salidos de las elecciones de mayo soluciones distintas para sus ayuntamientos?

Pregunta. ¿Cómo sintetizaría el problema económico de la ciudad?

"Vamos a crear un tercer polígono industrial, donde se instalarán empresas que ofrecerán productos nuevos, que no sean competencia del vino"

Respuesta. El municipio se encuentra estancado. El empleo se centraliza en un solo producto, el vino, y en los últimos años no se ha aprovechado esta industria para crear puestos de trabajo indirectos en sectores como el turismo o la hostelería, como habría sido deseable. Cuando una economía se estructura sobre un solo producto es un riesgo. Tiene que estar basada también en la actividad en otros sectores, como el comercio, el turismo, la hostelería o el sector industrial. Si en el futuro, que esperamos que no suceda, se produjera alguna plaga u otra situación adversa, se desencadenaría un problema muy importante en la economía de nuestra ciudad.

P. ¿Qué acciones ha diseñado su equipo de gobierno para potenciar otras actividades?

R. Uno de nuestros objetivos es crear un tercer polígono industrial, donde se instalen nuevas empresas que puedan ofrecer productos nuevos que no sean competencia del vino, pero sí importantes para alcanzar un desarrollo económico en la ciudad. La llegada de estas empresas generaría puestos de trabajo indirectos. Hablo de gasolineras, restaurantes, aparcamientos para camiones... Éste es un proyecto a más largo plazo, pero esperamos hacerlo en esta legislatura. Tenemos localizados los terrenos, pero faltan dos fases: la búsqueda de las empresas que se instalarán y la creación, por último, del polígono. Mientras tanto, vamos a potenciar la creación de empleo en sectores como el turismo, el comercio y la hostelería.

P. Después de cuatro meses y medio como alcaldesa, ¿tiene algún objetivo económico que pueda cuantificar?

R. Hace 20 años, Haro tenía los mismos habitantes que Alfaro. Desde entonces, mientras esta población ha duplicado su tamaño, Haro apenas ha crecido el 1%. Mi objetivo es alcanzar los 10.000 habitantes, lo que nos permitiría contar con un presupuesto más alto para destinarlo al desarrollo.

P. Antes tendrá que reactivar el tejido productivo...

R. Tenemos que conseguir todo lo que han alcanzado ciudades similares a la nuestra y que Haro no ha conocido. En este sentido, hemos conseguido, por primera vez en la historia, la organización de un congreso sobre vino en Haro. Es un proyecto que va a significar un antes y un después en la ciudad y que va a suponer ese impulso económico que necesita Haro. Un impulso a las bodegas, a que nuevas empresas puedan instalarse en este nuevo polígono industrial, a que los comerciantes pongan sus tiendas, a que los hosteleros se comprometan a mantener unos precios y a salvar esa estacionalidad que existe en Haro.

P. Usted pertenece a una nueva generación de políticos que ya ha comenzado a desplazar a los dinosaurios municipales. ¿Es una generación unida o cada uno va por su cuenta?

R. Los jóvenes que acabamos de entrar en política, constituimos no sólo un relevo generacional. Formamos parte, también, de una regeneración económica. Nuestros objetivos son los mismos que los de nuestros antecesores, pero no tenemos los complejos de quien lleva años en el poder y no puede aceptar las ideas de alguien. Un político joven tiene la ventaja de que se deja aconsejar y absorbe información de forma más rápida.

P . Su equipo de gobierno se habrá nutrido de savia nueva.

R. Lo busqué entre jóvenes profesionales. La concejala de Urbanismo tiene 23 años y tengo otro compañero de 32 años. Acudí a las elecciones municipales con una lista totalmente renovada, formada por personas que acumulaban experiencia y talento.