El poder local marca el futuro de Bancaixa

El proceso de renovación de los órganos de gobierno de Bancaixa, que incluye la presidencia y cuatro vicepresidencias actuales, estará marcado en esta ocasión por el poder municipal. El próximo 14 de noviembre la Generalitat (a través de las Cortes Valencianas), las Corporaciones locales, los representantes de los empleados y la Real Sociedad de Amigos del País (entidad fundadora) tienen que renovar sus cupos en la asamblea general de la tercera caja de ahorros española.

Con la entrada en vigor de la nueva ley de cajas, que reduce el peso de la Generalitat y los Ayuntamientos para que no tengan más del 50% de la representación de la asamblea, las Cortes Valencianas y los municipios tendrán que elegir, respectivamente, un total de 22 representantes en vez de los 28 que hasta ahora elegían en cada proceso de renovación parcial. De estos cupos, posteriormente (el 15 de enero) saldrán los nuevos miembros del consejo de administración de Bancaixa: dos por parte de la Generalitat y dos por parte de las Corporaciones locales para sustituir a los seis que cesan. Los salientes son el presidente Julio de Miguel y los vicepresidentes Eduardo Montesinos y Arturo Virosque, por el grupo de ayuntamientos; y Manuel Breva, Enrique Martinavarro y Manuel Ríos, por el grupo de la Generalitat.

Está en juego la mayor o menor sintonía de los órganos de dirección de Bancaixa con el Consell

La pérdida de puestos y la necesidad de renovar la presidencia de Bancaixa han desatado las tensiones en el seno del Partido Popular. Los problemas que supone la reducción de puestos y las presiones para mantener a Julio de Miguel al frente de la entidad financiera o bien sustituirlo por otro candidato, que bien podría ser el ex presidente de la Generalitat José Luis Olivas, según fuentes populares, han elevado la temperatura en las relaciones entre el Consell y la dirección del Partido Popular en la Comunidad Valenciana que preside Eduardo Zaplana.

Aunque la atención se ha focalizado en el cupo de la Generalitat que ha de ser designado por las Cortes Valencianas, fuentes del PP señalan que el juego de equilibrios será mucho más complicado en esta ocasión. El portavoz del Grupo Popular y hombre de confianza de Eduardo Zaplana, Serafín Castellano, será quien llevará las negociaciones con el portavoz socialista, Joan Ignasi Pla, para intentar consensuar la lista de representantes a la asamblea de Bancaixa. Sin embargo, fuentes de Presidencia señalan que Castellano no tendrá carta blanca para negociar al margen del Consell y decidir sobre un proceso que será seguido de cerca por la Consejería de Economía y Hacienda.

Por otra parte, el presidente de la Generalitat; Francisco Camps, cuenta con la buena predisposición del presidente provincial de Castellón, Carlos Fabra, y de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, para hacer sentir su influencia en el cupo que los ayuntamientos han de cubrir en la asamblea general de Bancaixa, según fuentes populares. Una influencia que en el caso de la provincia de Valencia tiene su contrapeso en los esfuerzos del presidente provincial del PP, Serafín Castellano, que intenta reforzar su control sobre la estructura del partido en la provincia.

Sin embargo, el proceso de renovación de la mitad de los compromisarios a la asamblea de Bancaixa, en el que no está comprometida la mayoría que ostenta actualmente el PP, tiene implicaciones más profundas.

Por un lado, está en juego la mayor o menor sintonía de los órganos de decisión de Bancaixa con el Consell de Francisco Camps, que concibe la entidad de ahorro como un potente instrumento financiero con capacidad de complementar las políticas públicas. El interés del Consell por que Bancaixa y la CAM tomasen participaciones en el sector energético y se sumen a la política de promoción de viviendas protegidas, así lo demuestra; aunque ha sido la entidad que preside Julio de Miguel la que con más entusiasmo se ha sumado a las sugerencias del Ejecutivo autonómico.

Por otro, la presidencia de Bancaixa se ha convertido en objeto de deseo sobre el que los diferentes sectores del PP pretenden hacer valer su influencia. Julio de Miguel es, inicialmente y según fuentes próximas al Gobierno valenciano, un firme candidato con posibilidades de repetir, aunque no descartan que finalmente pueda ser propuesto el ex presidente del Consell José Luis Olivas, un hombre que ha mostrado fidelidad a Eduardo Zaplana y que está en espera de destino.

La propuesta de Olivas cuenta con el inconveniente, según confiesan en el propio PP, de que, además de ser la persona que negoció la composición de los órganos de gobierno de Bancaixa hace dos años, lleva muy poco tiempo apartado de la primera línea política y alentaría las acusaciones de politización en Bancaixa. La candidatura, además, debería contar previsiblemente con el visto bueno del Banco de España en el caso de que también se decidiese mantener la actual fórmula de unificar en la misma persona al presidente de Bancaixa y del participado Banco de Valencia.

De momento, el calendario fijado para el proceso de renovación de la asamblea de Bancaixa obliga al PP a tener claros sus candidatos en ayuntamientos y las Cortes Valencianas.