En construcción
La reconstrucción de Irak no puede esperar a la pacificación completa del país, como recordó ayer el secretario general de la ONU, en la apertura de la Conferencia de Donantes que hoy se cierra en Madrid. Desde la paradoja de que esta conferencia se celebra cuando la guerra no está propiamente terminada, Annan puso el dedo en la llaga al insistir en que la prioridad es "recuperar la seguridad" y que los iraquíes vuelvan a controlar su propio destino político. El Gobierno español, anfitrión de la conferencia, considera que la reconstrucción generará estabilidad y seguridad. Es obligada la generosidad con Irak, pues su futuro es ya asunto e interés de todos, pero no hay muchas razones para el optimismo. El propio Rumsfeld ha señalado en un informe interno del Pentágono que la estabilización será un camino largo y fatigoso.
La sombra de la inseguridad y las divisiones aún reinantes en torno a Irak planearon sobre la Conferencia de Donantes, pese a la aprobación unánime de la resolución 1.511 por el Consejo de Seguridad. La cifra de 59 países participantes es importante, pero el hecho de que Francia, Alemania y Rusia no hayan enviado ministros a la reunión política de hoy es toda una indicación de que las aguas no han vuelto a su cauce. No hubo recelos en la Conferencia de Donantes en Bonn para Afganistán, pues ese conflicto se situó desde un principio bajo el paraguas de la ONU. Hoy se cantarán las cantidades finales que aportará cada país, pero no parece que dé lugar a una verdadera puja de generosidad. Sobre todo por la decisión norteamericana de controlar directamente su aportación de 20.000 millones de dólares, que se convierte de hecho en una subvención a sus empresas, algunas estrechamente vinculadas a miembros destacados de la Administración de Bush y que ya gozan de cuantiosos contratos públicos en Irak.
Los demás constituirán un fondo fiduciario controlado por la ONU (para la ayuda humanitaria) y por el Banco Mundial (para infraestructuras). El objetivo realista, y a la baja, planteado por esta institución es conseguir 16.000 millones de dólares hasta 2007 para este fondo. España ya ha aprobado 300 millones, por detrás del Reino Unido y Japón. Este último país, con 1.500 millones, domina la diplomacia del cheque, mientras que el Parlamento Europeo ha rechazado aumentar la aportación de la UE de 200 a 500 millones de dólares.
Se habla de la reconstrucción de Irak, pero en realidad se trata de construir un nuevo país, y no simplemente de borrar los efectos de la dictadura de Sadam Husein y de tres guerras devastadoras.
Seguramente, desde el África más paupérrima, muchos países siempre olvidados mirarán con envidia hacia Madrid. También a ellos les gustaría ser reconstruidos.
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