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40 candidatos a las elecciones han sufrido ataques en Colombia

Los colombianos acuden a las urnas para elegir alcaldes en un clima de intimidación

Juan Jesús Aznárez

A bombazos, el terrorismo guerrillero o paramilitar intimida y ahuyenta a los alcaldes de Colombia, y los más acobardados despachan a escondidas, lejos de sus cabeceras municipales. Un total de 350 dimitieron hace dos años. "Más de la mitad del territorio nacional era ajeno a la soberanía del Estado. Nos habían quitado la República", recordó el ministro de Interior y Justicia, Fernando Londoño.

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La dinamita y la sangre preceden las elecciones del domingo, que renovarán a cerca de 1.000 de los 1.093 alcaldes del país, 30 de sus 32 gobernadores, y 400 diputados locales y 10.000 ediles, entre 75.000 candidatos. En torno a 40 aspirantes fueron asesinados, secuestrados o sufrieron atentados en campaña. Decenas renunciaron.

"La presión de los actores armados no permite que haya candidatos en 200 comunidades", y medio millar de alcaldes de poblaciones castigadas por las guerrillas o los paramilitares afrontan amenazas, según el cálculo de Gilberto Toro, presidente de la Federación Colombiana de Municipios. Este año cayeron nueve en el ejercicio de sus funciones y, desde 2001, 83 legisladores, de acuerdo con la Federación Nacional de Concejales. Otros 1.800 huyeron los últimos 12 meses. En 18 municipios no podrán celebrarse los comicios. Desde hoy queda prohibido circular en moto, frecuentemente utilizadas como bombas o en atentados, y el transporte de bombonas de gas, que se lanzan con explosivos desde morteros artesanales.

La violencia y el chantaje se imponen como argumentación. Las autoridades interceptaron una comunicación del jefe militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Jorge Briceño Suárez, Mono Jojoy, en la que pide a su gente "dar de baja [matar]" a los candidatos y funcionarios que "no acepten llegar a acuerdos", es decir, que no se sometan. De grado o fuerza, un número indeterminado de candidatos aceptan las directrices de los grupos alzados. Cerca de 130 personas fueron detenidas en los departamentos de Arauca y Vichada, entre ellas el alcalde de Arauca y una veintena de funcionarios y candidatos. Se les imputa complicidad con las FARC o el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Un ejército de más de 150.000 soldados, policías y agentes de diferentes cuerpos patrullan por pueblos y ciudades ante el recrudecimiento de los ataques: en la matanza de ayer murieron ocho campesinos de una familia. El presidente Álvaro Uribe insta a los candidatos a no renunciar, pero el desamparo vence a muchos. En plena plaza pública, en un pueblo a 300 kilómetros de Bogotá, fue asesinado Jesús Cardona, candidato a su alcaldía. Hace cinco días, las FARC conminaron a renunciar a 22 aspirantes a concejales de Hacarí. Un día antes habían sido secuestrados cinco. Abandonaron todos.

"Hace mucho tiempo que los grupos violentos, particularmente las FARC, no confrontan militarmente a la fuerza pública, ni han logrado tomarse ningún municipio", declaró la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez. "Por esa razón la estrategia de ellos ahora es tratar de amedrentar a la población, y obviamente al país entero mediante acciones terroristas".

Álvaro Uribe.
Álvaro Uribe.

Reñida lucha por Bogotá

El ex dirigente sindical Luis Eduardo Garzón, candidato de la izquierda y de los adversarios del presidente colombiano, Álvaro Uribe, ganará la Alcaldía de Bogotá, habitada por siete millones de personas, segundo cargo en importancia política después de la Presidencia de la República. Se impondría a Juan Lozano, periodista y ex consejero presidencial durante el Gobierno del liberal César Gaviria (1990-1994), de acuerdo con una encuesta de la empresa Napoleón Franco, encargada por un grupo de medios de comunicación. Garzón sumaría 44,6%, contra 40,6% de su rival. Garzón fue aspirante a la presidencia de Colombia por el movimiento Polo Democrático en las elecciones de mayo de 2001.

Lozano, de extracción liberal, había liderado los sondeos durante meses. La pasada semana, la dirección del mayoritario Partido Liberal optó por retirar la candidatura del ex ministro Jaime Castro y apoyar a Garzón, que vio reflejado ese nuevo respaldo en las encuestas. La decisión del directorio liberal causó airadas protestas en flancos del partido. El ex ministro Juan Manuel Santos llamó a ignorarla: "Propongo una rebelión liberal y un llamado al desacato".

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