Los empresarios españoles dudan de su papel en la economía iraquí

Las empresas españolas siguen con interés su posible participación en la reconstrucción de Irak tras la guerra, pero también con cierto escepticismo. Pese a la buena sintonía entre Washington y Madrid durante el conflicto, hasta ahora no se ha hecho público ningún contrato para una firma española, salvo las operaciones de compra de petróleo iraquí realizadas por Repsol YPF y Cepsa. Una veintena de empresas y asociaciones sectoriales acudirán hoy a un encuentro en Madrid, paralelo a la Conferencia de Donantes, con el objetivo de abordar el papel del sector privado en la reconstrucción.

Las candidatas son empresas de servicios financieros, energía, infraestructuras, telecomunicaciones y distribución, y estarán representadas en esta reunión a propuesta de la CEOE y las Cámaras de Comercio. Según fuentes empresariales consultadas, existe el convencimiento de que participar ahora en la reconstrucción del país árabe es "inviable" por los evidentes problemas de seguridad, aunque también admiten que Irak puede ser un mercado apetitoso a medio plazo y que el encuentro de hoy es un paso adelante para poner un pie en él.

Las condiciones para participar en la reconstrucción han sido poco atractivas para las grandes compañías, ya que, al menos de momento, sólo pueden hacerlo a través de subcontratas con las empresas estadounidenses que han ganado contratos por un importe total de 1.700 millones de dólares adjudicados por la Agencia de Ayuda Humanitaria de Estados Unidos.

Irak nunca ha sido un destino tradicional de la inversión española. Sólo el 4% de las exportaciones iraquíes tiene como destino España, mientras que del total de importaciones que realiza el país árabe apenas un 1% procede de España. Ninguna firma española participó en la reconstrucción de Kuwait tras la guerra de 1991.