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La misión de Pedro Duque se aproxima a la estación espacial

La llegada de los tres astronautas está prevista para las 7.11 de hoy

El astronauta español Pedro Duque y sus compañeros de tripulación, Alexandr Kaleri (cosmonauta de la agencia rusa Rosaviakosmos) y Michael Foale (NASA), a bordo de la nave Soyuz TMA3, prepararon ayer la aproximación y llegada a la Estación Espacial Internacional (ISS). Su llegada está prevista para hoy a las 9.11, hora de Moscú (las 7.11, hora peninsular). La Agencia Europea del Espacio (ESA) informó ayer que el viaje transcurría con total normalidad y que los astronautas tenían previsto empezar a preparar por la tarde la maniobra de atraque.

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La nave fue lanzada el pasado sábado desde la base de Baikonur (Kazajistán), a las 11.38, hora local (las 7.38, hora peninsular), y emprendieron el viaje hasta la estación, que dura dos días. El vuelo de Duque, de 10 días, concluye el próximo 28 de octubre. La Agencia Europea del Espacio (ESA), responsable de la Misión Cervantes de Duque, informó ayer que los tres astronautas iniciarían por la tarde los procedimientos para la maniobra de atraque en la base, situada a unos 400 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre.

A lo largo del día de ayer se realizaron las dos maniobras previstas para que la Soyuz TMA3 ganara altura orbital, encendiendo durante unos minutos los propulsores de la nave. La primera fue más larga y se realizó después de la tercera órbita de la nave (a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora, tarda aproximadamente una hora y media en dar una vuelta completa a la Tierra). La segunda maniobra se hizo ayer poco antes del mediodía, tras la órbita 17. Todas las operaciones se ejecutan desde el centro de control, en Korolev, unos 20 kilómetros al norte de Moscú, con la cooperación de los astronautas, que deben estar pendientes de las órdenes que la nave recibe directamente desde tierra. Aunque la ISS está cerca de la Tierra (400 kilómetros de altura), las naves tardan dos días porque siguen una trayectoria de aproximación eficaz desde el punto de vista del combustible necesario.

Ayer, entre una maniobra y otra, los astronautas tuvieron unas diez horas de descanso, técnicamente se denomina órbitas de silencio, durante las cuales no hay comunicaciones con el centro de control a no ser que se produzca alguna situación de emergencia. En esas horas de descanso los astronautas duermen y tienen tiempo libre para relajarse, informó la ESA. En las demás órbitas se establece contacto entre el centro de control y los astronautas diez minutos en cada órbita.

Dos minutos y medio después del despegue el pasado sábado, cuando estaban ya a unos 84 kilómetros de altura sobre la Tierra, Duque, el comandante Kaleri y Foale pudieron ver por primera vez el exterior, cuando se desprendieron las tapas de protección de la cápsula para el lanzamiento, y quedaron despejadas las ventanillas. Durante las dos primeras órbitas es obligatorio en la Soyuz que los astronautas permanezcan sentados en sus sitios. Después, una vez desplegados los paneles solares y realizadas las comprobaciones pertinentes de sistemas, pueden levantarse de sus asientos y quitarse sus escafandras presurizadas.

La temperatura en la cápsula se mantiene en torno a 18 o 20 grados centígrados, con una humedad del 40% y una atmósfera parecida a la terrestre. La cápsula, sin el módulo orbital, mide 2,7 metros de altura y 2,2 de diámetro, con un peso total de 2,9 toneladas. El comandante, Kaleri en este vuelo, va en el centro, con el ingeniero de vuelo (Duque) a la izquierda y el segundo ingeniero (Foale) a la derecha.

Una vez cumplidas las dos maniobras de elevación de órbitas, el programa de los astronautas consistía en realizar las comprobaciones de los ordenadores para atracar en la ISS hoy y descansar durante otro periodo de tiempo antes de esa delicada maniobra. El atraque se hace de modo automático, pero los tripulantes de la Soyuz tienen que estar pendientes de los indicadores de los sistemas, hacer pequeñas correcciones de trayectoria con ayuda del radar de a bordo y estar listos para intervenir si falla algo y tienen que hacer un atraque manual. Una vez fijada la cápsula a la estación, los astronautas podrán abrir las compuertas y entrar, donde les esperan sus dos colegas Yuri Mlaenchenko (Rosaviakosmos) y Edward Tsang Lu (NASA), que llevan seis meses en órbita y que regresarán a la Tierra el próximo 28 de octubre con Duque, mientras que Kaleri y Foale se quedarán en la ISS como tripulación permanente durante otro medio año. Los experimentos y actividades de la Misión Cervantes de Duque, por cuyo vuelo el Ministerio de Ciencia y Tecnología ha pagado 12,8 millones de euros, comienza una vez que el astronauta haya llegado a la estación.

Duque es ayudado a levantarse tras ponerse el traje espacial el pasado sábado.
Duque es ayudado a levantarse tras ponerse el traje espacial el pasado sábado.EFE

La operación

Los tres tripulantes de la Soyuz TMA3 seguirán hoy la maniobra de atraque a la ISS en una pantalla que hay dentro de la cápsula, que recibe las imágenes que toma un periscopio colocado en el exterior. En esta fase del vuelo, una de las más críticas, los astronautas tienen que verificar todos los datos y asegurar que la nave está perfectamente alineada con el punto de atraque de la base orbital.

De la operación, que es automática, se sigue desde el Tierra, donde numerosos expertos en balística, telemetría, sistemas de seguimiento y expertos en tecnología espacial, se encarga el Centro de Control, que está en Korolev, al norte de Moscú. Allí, el director de vuelo tiene la responsabilidad de la misión y se comunica con los astronautas, asistido por el responsable de control de turno, que toma las decisiones en tiempo real.

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