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La enseñanza sólo analiza a la familia clásica y se olvida de los homosexuales

La figura del homosexual es invisible en los libros que utilizan los escolares de entre 14 y 16 años y el modelo familiar que aparece en sus páginas sigue siendo el tradicional: el formado por un padre, una madre, el niño y la niña. Ni siquiera se contempla la posibilidad de que los hijos sean adoptados o de otra raza. Esta es la principal conclusión de la primera fase de un estudio de Berdindu, la oficina de asesoramiento a gays, lesbianas y transexuales, dependiente del Departamento de Asuntos Sociales. Un equipo compuesto por un psicólogo, un profesor de Secundaria en la rama de Humanidades y Filosofía y Letras, y un trabajador social han estado en los últimos meses examinando las páginas de una docena de textos, de seis editoriales diferentes, en castellano y euskera, de la asignatura de Ciencias Sociales, pertenecientes al segundo ciclo de Enseñanza Secundaria, tanto en colegios públicos como privados.

Está previsto que los resultados finales se presenten el próximo mes de enero. Entonces, se pondrá en marcha el segundo paso, que prevé la posibilidad de llegar a acuerdos con el Departamento de Educación para cambiar los textos e introducir una asignatura que muestre la diversidad real. Asimismo, se contempla la posibilidad de trabajar con el profesorado en cursos de reciclaje y dotación de material.El objetivo del plan es acabar con la homofobia y cualquier tipo de discriminación por orientación sexual en el sistema educativo. Los primeros resultados de la investigación confirman las hipótesis de partida, según los promotores del trabajo. "Se puede decir que no se han encontrado textos homófonos pero, sin llegar tan lejos, los ejemplos de parejas siguen siendo las mismos. No hay referencias plurales a los distintos modelos de familia. La homosexualidad es totalmente invisible y desde luego nunca aparecen, por ejemplo, dos mamás. Y eso, cuando sabemos que hay familias compuestas por dos madres que llevan a su hijo al colegio", explica Víctor Santamaría, responsable de Berdindu, y uno de los participantes en el programa.

Santamaría resalta que esta interpretación es muy peligrosa ya que a partir de los 11 años los niños ya empiezan a sentir su propia sexualidad, que cuando llegan a la adolescencia ya no pueden negar. En su opinión de experto, los niños comprueban que su caso no existe en los libros y, desde luego, mucho menos, encuentran referencias positivas. Esos escolares se dan cuenta de que sus sentimientos no responden al patrón que se muestra en los libros. "Y, lo cierto es que más del 10% de los niños y niñas va a tener una orientación sexual distinta a la convencional y se les está negando en la educación, cuando la educación es un instrumento para trabajar en la tolerancia y en la igualdad. ¿Qué importa si las leyes siguen avanzando si en el sistema educativo se sigue caminando con los registros de siempre?, ¿si la homosexualidad aparece como un estigma o como una condena?", pregunta Santamaría, quien incide en que seguir con estas pautas educativas es un claro reflejo de lo que la sociedad piensa sobre gays y lesbianas.

"El desequilibrio de los textos es sólo paliado por profesores que por iniciativa propia o porque están muy concienciados trabajan en tutorías, pero a pesar de su buena voluntad se topan con la falta de herramientas", prosigue Santamaría. Por ello, el próximo año se tratará de acometer la segunda fase del proyecto. Consistirá fundamentalmente en el diseño de iniciativas de intervención en el ámbito docente del País Vasco.

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