Asesinado un vigilante en Mollet al intentar evitar un atraco
La policía encuentra el coche de los dos atracadores, en paradero desconocido
Un guarda jurado murió el pasado sábado por la noche tras recibir en un pulmón una herida causada por un machete cuando intentaba evitar que dos encapuchados atracaran el súper de Mollet del Vallès donde trabajaba. Los dos atracadores se encontraban ayer en paradero desconocido. Frente a algunas críticas vecinales sobre la falta de seguridad, la alcaldesa, Montserrat Tura, pidió a los ciudadanos la "máxima colaboración" y que "no utilicen mal" sus energías.
Faltaban apenas 30 minutos para que el supermercado Esclat cerrara sus puertas cuando dos atracadores entraron en él y salieron poco después con la recaudación de dos cajas registradoras. Tras ellos dejaban tendido en el suelo al guardia de seguridad, al que habían propinado un machetazo. Los clientes que en aquel momento estaban comprando salieron en masa del supermercado tras el atraco; mientras, Ángel M. P., de 43 años y vecino de Cornellà de Llobregat, esperaba inconsciente, con una puñalada en el tórax, justo en el pulmón, la llegada de una ambulancia, pero nada se pudo hacer y murió unas horas después.
Los Mossos d'Esquadra "tardaron poco en venir", afirman los vecinos de la calle de Francesc Ferrer i Guàrdia, donde se encuentra el supermercado, y acordonaron rápidamente la zona. Pero poco pudieron averiguar sobre los atracadores, que iban encapuchados. La violencia de los hechos sugiere que podrían encontrarse bajo los efectos de las drogas. Entre los pocos datos que obtuvieron estaba el modelo y color del coche en el que huyeron del lugar los atracadores, un Opel Kadett blanco robado pocas horas antes en el mismo municipio vallesano. El vehículo fue encontrado ayer por la tarde en la autopista A-7 cerca de la entrada de Mollet.
Pese a las mencionadas declaraciones de la alcaldesa de Mollet, algunos vecinos del barrio donde tuvieron lugar los hechos, como Francisco Rodríguez, recordaron que llevan varios años diciendo que en la zona "se vive un clima de inseguridad ciudadana" y escasez de "efectivos policiales". El del sábado fue el segundo atraco mortal en comercios del barrio, sin contar los que terminaron con mejor suerte en otros comercios y viviendas en los últimos meses.
No todos coincidieron en estas críticas. "No hay poca seguridad en la ciudad", decía Jessica García, quien relacionaba el crimen con el hecho de que "tan sólo haya un vigilante para un espacio de cerca de mil metros de superficie en el que puede estar comprando a la vez una cantidad muy grande de personas". Al igual que otros vecinos, García sí criticó la falta de vigilancia en los centros comerciales y de alimentación.
Carlos Rodríguez, que vive justo enfrente del supermercado, afirmó que el barrio, de nueva construcción, es "un lugar tranquilo" y que las veces que circulan por él los Mossos es por motivos de tráfico o del mal tiempo, ya que el barrio se encuentra muy cerca de un puente por donde pasa la autopista A-7".
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